Valoración espiritual Los Oscars del 2023 se van de vacío
Un desastre y algunas recomendaciones
| Peio Sánchez
Los Oscars de este año representan la mutación de contenidos de la industria cinematográfica. La pandemia ha acelerado el proceso de transformación de las pantallas de visionado, así las diferentes formas de negocio del cine en casa no solo han malherido el visionado en salas sino también los argumentos y la forma cinematográfica.
Que una película tan mediocre como “Todo a la vez en todas partes” de Dan Kwan y Daniel Scheinert se haya llevado 7 oscars no solo es un síntoma, sino también un prototipo del cine que nos espera. Lo cierto es que eran premios anunciados porque otros galardones ya se habían decantado por esta desfondada comedia dramática. En ella se cuenta la historia de la crisis existencial de Evelyn Quan Wang, una mujer china de mediana edad que ve como su mundo se derrumba, el marido le pide el divorcio, su exigente padre le visita para cuestionarla, su hija le quiere presentar a su novia y su negocio está a punto de irse al traste. Que en medio del naufragio surja el humor y que la existencia de mundos paralelos nos permita tomarnos a broma la propia vida puede ser un argumento sugerentes. Lo peor del caso es el retorcimiento de los personajes que llegan a ser sí mismos y sus contrarios sin lógica ni concierto (¿dónde quedan los grandes narradores humoristas como Ernst Lubitsch o el mismo Berlanga?), la tiranía del montaje sobre la historia ( ¿dónde queda la simplicidad de Charlot?), la ausencia del buen humor en los gangs que tienden a patéticos (¿a dónde se fue el absurdo de los hermanos Marx o Woody Allen?), para tras dos horas y veinte minutos después dejarnos un final felizmente edulcorado que ya nadie se cree (¿qué paso con los finales de los Monty Python?).
Que a Steven Spielberg se le presente como el gran perdedor de los Oscar con “Los Fabelman” es solo una señal del cambio que se va operando en el mundo de la producción. La verdadera injusticia ha sido que la ciertamente interesante “Almas en pena de Inisherin” de Martin McDonagh, con ocho nominaciones, se fuera de vacío. Esta comedia negra sobre la condición humana resulta una reflexión profunda sobre el origen de la violencia desde una historia de amistad rota, de lo micro a lo macro. El tono de tristeza al que alude el título se transmite en la construcción del estilo y en el despliegue de la historia, aunque el humor aparece casi como destello de esperanza.
Otra gran olvidada es una historia pequeña maravillosamente contada. Se trata de 'The Quiet Girl' de Colm Bairéad, una de las mejores películas del año. Sobre la verdadera maternidad y paternidad en la asombrosa actuación de una pequeña actriz que resulta excepcional. Cine sobre la bondad y la fe que es un soplo de aire fresco en medio del vacío de Hollywood.
Como premios de consolación espiritual recomendar cuatro de las oscarizadas. La mejor película internacional (además de otros tres Oscars) a la alemana “Sin novedad en el frente” de Edward Berger. impresionante adaptación de la novela antibelicista de Erich Maria Remarque con su indagación sobre la guerra marcada a sangre y barro. Un recluta alemán de 17 años durante la Primera Guerra Mundial se sumerge en la barbarie de matar o ser matado. Y, al fondo, Dios nunca toma partido en la batalla.
La impresionante actuación de Brendan Fraser en “La ballena” de Darren Aronofsky, una historia de soledad y duelo de un profesor con obesidad mórbida. Crítica con las visiones fundamentalistas de la religión que descartan a las personas homosexuales busca una difícil trascendencia en un proceso de autodestrucción donde en el fondo late su deseo de amar.
El mejor guion adaptado para la recomendable “Ellas hablan” de Sarah Polley. La historia de un grupo de mujeres menonitas que han sido violadas de forma sistemática en su comunidad y que han de tomar una decisión sobre su futuro. La densidad de sus diálogos con contenido teológico indaga sobre el discernimiento espiritual tras el dolor y cómo romper el silencio para abrir paso al futuro. Pero además transmite la emoción y la empatía con este grupo de mujeres que enfrenta la vida y la fe de distintas maneras, pero intentan hacerlo juntas en sororidad.
Y por último recomendar también el “Pinocho de Guillermo del Toro” que ha recibido el Oscar a la mejor animación. Nueva adaptación del niño-marioneta ahora trasladado a la Italia bajo el fascismo de Mussolini. Una historia sobre el crecimiento en amor y libertad en medio de la maldad y la imposición con amplias referencias cristianas.