Sobresaliente éxito de público de la miniserie sobre el cardenal Tarancón

"Tarancón, el quinto mandamiento" ha sido la miniserie más vista en televisión en el año 2011. El primer capítulo consiguió un 17,1% de audiencia, mientras que la segunda entrega, que se emitió justo después, alcanzó el 19,8%. Basada en un guión poco documentado y simplista es una producción realizada con acierto con una sobresaliente caracterización de los personajes y que presenta un rostro amable de la iglesia, aunque excesivamente contaminada con el poder.

El salmantino Antonio Hernández es un director al que le han inquietado las cuestiones políticas como mostró "En la ciudad sin límites" (2001) sobre las células comunistas en el exilio o "Los Borgia" donde entra en la historia del papa Alejandro VI con más pena que gloria. En este caso escribe el guión junto con Jorge Galeano, que tampoco es una especialista en cine histórico. El resultado se centra mucho más en la participación política del cardenal Tarancón en la Transición que en el pastor y creyente, de aquí que indague insuficientemente en las motivaciones espirituales del personaje. Desde el punto de vista histórico sorprende que aparezca la homilía del joven obispo en Solsona y omita cualquier referencia a la homilía de la misa del Espíritu Santo con la que empezó el reinado Juan Carlos I.

A pesar de todo, la narración funciona de forma atractiva. Partiendo de la guerra civil, donde Roger Coma de forma desigual interpreta al joven sacerdote y luego obispo de Solsona, termina por desembocar en los momentos claves de la muerte de Carrero Blanco, la etapa de Arias Navarro y la salida de la dictadura de Franco, encarnando al cardenal un José Sancho convincente. El resto del elenco con dominio valenciano - no olvidemos que lleva la producción "Nadie es perfecto" con la colaboración del Instituto Valenciano del Audiovisual y la Cinematografía- resuelve bien los diferentes papeles haciendo creíble la caracterización de los personajes históricos. Así Roberto Álvarez (padre Martín Patino), Antonio Valero (Fernández Miranda), Vicente Ayala (Adolfo Suárez), Eusebio Poncela (el arzobispo Casimiro Morcillo), Francisco Merino (Arias Navarro) y Carlos Areces (Francisco Franco). Menos convincentes nos parecen los papeles de María Isasi (María Teresa), Guillermo Montesinos (padre Escudero) y Enrique Arce (padre Redó).

La trama compagina bien la vertiente política con la vertiente personal del hombre campechano y socarrón, un poco a lo "Senyor Retor", la serie de la televisión valenciana que también patrocina la misma productora. En resumen, se sintoniza con agrado con el protagonista y su papel en favor de la reconciliación, pero se desdibuja bastante el sentido profundo de sus opciones. Se presenta más su carácter lúcido y decidido pero se oculta su determinación creyente.

La propuesta resulta en cualquier caso sugerente porque es equilibrada y maneja bien la emoción, para hacer revivir aquellos momentos, aunque deja bastantes cabos sueltos para los que no vivieron aquellos acontecimientos, tales como el asesinato de los abogados laboralistas de Atocha y del empresario Javier de Ybarra. Sin embargo, esta producción que se rodó a finales del 2009 y en el 2010, resulta realmente valiosa a pesar de sus limitaciones bastante evidentes. Así el precisión y elegancia de la realización se apunta en planos realmente elocuentes, cuidando la cámara de los personajes sin caer en la caricatura a la que desgraciadamente estamos bastante acostumbrados.

Ambos episodios (150 minutos en total) de la miniserie muestran algunos de los rostros de la Iglesia de la transición, pero hubiera sido interesante un posicionamiento menos simplificador de los acontecimientos históricos. Así el documental"Tarancón, memoria de una lucha"puede completar lo limitado de la miniserie a través de las declaraciones de los distintos protagonistas tales como el jesuita José María Martín Patino, el padre Ángel García, o Jesús Infiesta. Todo ello puede ser una invitación para acercarnos al libro de sus "Confesiones" (Editorial PPC. 1996), un texto imprescindible para profundizar en las claves de sentido de don Vicente Enrique y Tarancón.
Volver arriba