Ali Agca, quien casi consigue matar a Juan Pablo II en 1981, quiere hacer negocio de su fama por intentar matar al Papa. Este hombre está más que dispuesto a hacer fortuna de su fama por terrorismo, y lo peor es que lo va a conseguir.

Lo increíble es que haya prelados que se presten a tal juego, y si la Santa Sede se presta a tal cosa, me temo que el ridículo va a ser enorme, y la bufa mayor. Un prelado nos anunció hace unos días esto:

“si Alí Agca quiere venir a rezar a la tumba de Juan Pablo II, yo estoy de acuerdo”

Se trata de Peter Kdowo Turkson, el de la foto, un idiota como la copa de un pino y no es para menos. Ali Agca quiere ir al Vaticano con las cámaras de televisión, quiere ser portada de prensa, y quiere dinero como sea. Y lo ligado que está a Juan Pablo II se lo va a proporcionar. Y mientras ciertos prelados, como este, más que dispuestos a que este hombre se burle de todos y entone aquello del “ándeme yo caliente y ríase la gente”.

En un tipo como Ali Agca, no hay ni existe arrepentimiento sincero. Es un asesino que quiere ahora darse a la buena vida tras tantos años de presidio. Por ello, es fácil darse cuenta que este individuo va a recorrer en cuanto pueda medio mundo contando su historia, llevándose mucho dinero de cadenas de radio, televisión y prensa escrita. Terminará escribiendo un libro, donde contará su biografía y sus motivos para matar al Papa, en el que puede contar que le compraron unos masones vaticanos o fué inspirado por los seguidores de Gorbachov.

Lo que ha sido un error de Juan Pablo II es haberle perdonado públicamente y haberse fotografiado con él. El Papa hizo mal en aquello, y Ali Agca saca partido de todo eso. En fin, pues la que nos espera. Porque parte de la fama de Juan Pablo II va a estar en manos de un impresentable como Ali Agca, y con colaboración del Vaticano si finalmente se prestan a permitirle visitar la tumba o le permiten volver a poner un pie en la Plaza de San Pedro. Con elementos como Ali Agca, ni ajo ni agua.