Carta a los directores de colegios católicos de Madrid.

Estimados directores y (des)orientadores:

Tras una larga reflexión he decidido dirigiros una carta, una carta por lo que sé que algunos de vosotros estáis haciendo con tal de conseguir una subvención de la Comunidad de Madrid. Carta que podría valer para no pocos centros públicos, pero en vuestro caso es más grave por ser una traición a vuestro ideario y a vuestro compromiso cristiano.

Me estoy refiriendo a lo que sé que estáis haciendo con los chavales que habéis metido en vuestros grupos de 3º y 4º de diversificación. Las mentiras que formuláis a los padres, unas veces por ignorancia y otras a sabiendas, no tienen perdón alguno. Vuestros grupos de diversificación son vuestra deshonra. Y me baso en afirmar esto para reprocharos que:

Primero: No contéis todos vosotros y por escrito a los padres que en estos cursos de diversificación los alumnos no darán ni el 50 % de los contenidos 3º y 4º de ESO, y que en algunos de vuestros centros no llegarán ni al 35 % de dichos contenidos.

Segundo: Que no contéis a los padres en su debido momento, que la diversificación puede implicar que un alumno jamás pueda superar el bachillerato. Ya que muy pocos de vosotros contáis a todos los padres que esos dos cursos significan la no adquisición de conocimientos y destrezas para poder empezar en igualdad de condiciones el bachillerato.

Tercero: Que no contéis a los padres que un alumno que pase por diversificación puede quedar estigmatizado a la hora de ser aceptado por ciertos centros privados prestigiosos de bachillerato y de formación profesional, y que pueden ser incluso objeto de cierta marginación y estigmatización en centros de enseñanza pública.

Cuarto: Que no contéis a los padres que los alumnos de diversificación debieran evitar poner en su currículum vite que obtuvieron el graduado gracias a la diversificación, pues pueden ser objeto de discriminación a la hora de acceder a un empleo ya que existen muchos prejuicios hacia el perfil del tipo de alumnos que recaen en diversificación: alumnos hiperactivos, alumnos vagos, alumnos con déficit de atención, alumnos con alguna disminución psíquica, alumnos conflictivos, etc.

Quinto: Tengáis algunos centros la enorme desfachatez de dirigir sobre todo a los cursos de diversificación a la población más vulnerable y con más necesidades y atención como es la población inmigrante. Algunos de vosotros tenéis alrededor de un 25 % de inmigrantes en el centro y ponéis en diversificación una tasa de inmigrantes superior al 50 %. Algunos centros los he conocido con tasas del 90 %.

Séxto: Que no contéis a los padres que una vez se ha iniciado el alumno en diversificación, difícilmente podrá cambiar al año siguiente a un curso normal de secundaria. Ya que el artículo 11 apartado 5 dice que un alumno que se inicie en diversificación deberá finalizar sus estudios en la misma.

Séptimo: Que no contéis a los padres que los alumnos que han pasado por diversificación tendrán muy difícil superar la prueba de acceso a ciclos formativos de grado superior que consta en Madrid de un examen de Inglés, uno de Matemáticas y uno de Lengua con nivel situado entre 4º de ESO y 1º de Bachillerato, por no hablar de las materias optativas como física, química, economía, dibujo técnico, etc. ¿Acaso no os importa lo que pasará con esos alumnos después de superar diversificación? ¿Cómo pueden enfrentarse a esas pruebas si vosotros no les habéis dado los conocimientos y destrezas fundamentales?

Octavo: Que no seáis capaces de explicar como grupos de diversificación con entre 10 a 15 alumnos, frente a los habituales grupos de secundaria con entre 20 y 30 alumnos, la atención tan personalizada deriva en un aprendizaje no solo más lento, sino incluso en que apenas seáis capaces con grupos tan reducidos de lograr impartir los contenidos mínimos. Contenidos que no llegan ni al 50 % de los impartidos en un curso normal de 3º y 4º de ESO de secundaria. ¿Qué se hace en esas aulas? ¿A qué dedicáis las 30 horas semanales presenciales de dichos alumnos? ¿Cómo es posible, vuelvo a preguntaros, que con menos alumnos en un aula logréis menos objetivos que en cursos más masificados?

Por eso os reprocho que por una bonita subvención os habéis vendido, que habéis querido ocultar el fracaso escolar de vuestros centros destinando a estudiantes a estos cursos, y que os ha faltado un mínimo de caridad cristiana con aquellos alumnos más difíciles y con más necesidades educativas, condenándoles a una educación que no es de segunda categoría, sino de tercera categoría.

Un saludo
Julián Moreno Mestre
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