En cierta parroquia Sevillana, de San Isidro Labrador, tuvo lugar un memorable acto de exaltación de la Navidad. Y por subirse al atril una mujer, Angelita Yruela, ya quieren hacer un aquelarre. Se trata este de un acto de exaltar la Navidad, tal vez de leer los evangelios, de cantar Villancicos, y en definitiva, de reunirse los fieles de la parroquia a celebrar la proximidad de la Navida.
Pues lo de subirse al atril una mujer se lo han tomado tan mal, que ahora exigen a Juan José Asenjo que corrija este abuso insignificante y estúpido. Y todo por subirse al atril una saetera sevillana, menos mal que no fue la Pantoja.
Si de esa forma son las denuncias que nos esperan, es decir, si vamos a tener que soportar a un gobierno socialista que quiere limitar las expresiones religiosas a los templos denunciando cruces ante los tribunales, y una Caverna de impresentables que quiere expulsarnos de los mismos denunciando el uso de los mismos para cantar villancicos o exaltar la Navidad, apañados vamos. Tanto los unos como los otros, parecen condenarnos y arrebatarnos nuestra propia libertad religiosa. Los primeros para que recemos y hagamos ceremonias en los templos, y los segundos para que no las hagamos ni dentro ni fuera de ella.
Pues ya lo ven, según ellos, esta forma de celebrar la proximidad de la Navidad, es un abuso que debe denunciarse y corregirse.