Lady Gaga o Lady Caca.

Fea es y de cojones, si le haces una operación langostino, algo mejor queda. Y por más operaciones que se hizo en la cara, y pelucas, la mejora no es ni como para tirar cohetes. Pero no la traigo hoy aquí para guillotinarla como a un crustaceo, sino para resaltar que esta tiparraca tiene de artista lo que tengo yo de cura, o sea, nada. No hablaría de ella, pues su existencia no me importa, sino fuera por sus continuas obscenidades hacia el catolicismo.

No merece ella la pena como mujer, no merece la pena ni como persona. Seguro un día su nadedad nos sorprende con un suicidio al comprobar en un espejo que ni es artista, ni es guapa, sino basura. Dicen que las feas tienen su suerte al encontrar marido, y es que hay feas que son maravillosas personas. Lady Gaga no lo es.

De momento es una moda pasajera, solo sobrevive gracias a una demencial industria de la música que exprime a los cantantes. En el caso de Lady Gaga, cantar no canta ni bien, salvo cuando la pasan por las máquinas. Muerta su fama, no quedará nada de ella. De hecho, el poco arte que tenía lo perdió por gilipollas (el piano) o la buena familia de la que provenía acabo renegando de sus potentados orígenes, diciendo provenir de familia pobre.

Respecto a sus ataques a la Iglesia, distan mucho del cabreo de Madonna, son una farsa. Solo lo hace por provocar. Se le ve el plumero. Como su “arte” no puede darle más fama, recurre a estos grotescos ataques esperando un beneficio y emulando a Madonna en todo. Pero Madonna era una artista, artista polémica al fin y al cabo, y esta mindungui es una cualquiera que la hacen pasar por artista polémica, aunque sus polémicas ya no tienen ni el eco de Madonna.

Pues a Lady Gaga yo la conozco por esto como Lady Caca, no la escucho ni tengo intención de escucharla. Y de lo poco que me ha tocado tragarme de escuchar de ella, nada me gusta. Espero que dentro de poco nos olvidemos de ella y sea solo un personaje pasajero.
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