Obama ha matado a Osama.

Saben muchos que nos tenemos simpatías mi abuelo adoptivo Francisco José Fernández de la Cigoña y yo, a pesar de nuestras diferencias de opinión. Una cosa en la que estamos de acuerdo es en que hizo mal el Vaticano en pronunciarse a través de Lombardi sobre la muerte de Osama Bin Laden. Aunque yo creo que no es culpa de Lombardi, sino de sus superiores que le escriben o le aprueban el guión a leer en las ruedas de prensa.

Como cristiano y como católico no siento ninguna alegría por la muerte de ese hombre, más bien no me gusta. Pero no todo en una persona es ser católico o cristiano, también somos personas, y como persona que soy, me alegra muchísimo que esa víbora terrorista haya fallecido. Su vida era un peligro para todos, encerrarlo no habría servido para nada, pues seguro sus seguidores habrían hecho lo que fuera por pedir su liberación. Muerto el perro, se acabó su rabia pero no la plaga, y todavía queda por dar muerte a su sucesor el Al Zawahiri ese, que es mucho más rabioso e impresentable que el Osama.

No nos debe dar pena ese hombre, no somos partidarios de la pena de muerte ni Paco Pepe ni yo, pero estos sujetos de Al Qaeda están dispuestos a poner en peligro no solo nuestra libertad religiosa, sino nuestras vidas y las de todos nuestros vecinos, conocidos, familiares y amigos. Y si no es posible acabar con la secta terrorista metiéndolos en prisión, más vale dispensar la muerte sobre ellos a que ellos o sus seguidores la dispensen sobre nosotros.

Mis felicitaciones a Obama porque ha hecho algo importante por la paz. Y le pido que sus servicios de inteligencia maten alli donde este al Al Zawahiri ese salvo que antes este individuo se entregue por cuenta propia. De paso, esos gilipollas empeñados en compararlo con Osama Bin Laden han quedado desacreditados.
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