El Papa si que ha mencionado el Concilio Vaticano II.
"Sinceramente espero poder contribuir al progreso que las relaciones entre los judíos y católicos que hemos disfrutado desde el Concilio Vaticano II".
Son declaraciones a la Agencia Judía de Noticias (AJI). Ningún predecesor suyo se ha olvidado del Concilio, para bien o para mal, y él no es menos que los demás. A Paco Pepe seguro le ha faltado tiempo para escuchar todo lo que el Papa dice, a todos nos falta ese tiempo.
De todas formas, todos ignoramos demasiado sobre como se desarrollará el pontificado. Conocemos únicamente algunos gestos suyos, pero los gestos gestos son, y lo que tenga que venir lo sabremos tal vez después de Semana Santa, por lo que tendremos que estar todos demasiado ansiosos por saber lo que se le puede estar pasando por la cabeza.
Hay cosas que personalmente tengo clarísimas que no voy a esperar de Bergoglio y que si esperaría de un Martini. Pero hay otras a las que estamos ciertamente expectantes. Por ejemplo:
¿Quien será el próximo secretario de estado?
¿Como resolverá el asunto del IOR?
¿Se reformará la Curia Vaticana? ¿Y como se va a hacer?
¿En que va a consistir su acercamiento de la Iglesia al mundo?
¿Cual será su primera encíclica y a quien la dirigirá?
¿Seguirá un estilo Juan XXIII y Pablo VI con las discrepancias o el de Juan Pablo II?
En lo demás, no voy a esperar cambios. La mejor forma de no decepcionarse con el Papa es no esperar nada excesivamente de él. Los mejores progresos vendrán en como se resuelvan estas preguntas. Aunque en mi opinión, lo mejor es que el Papa evite en la medida de lo posible parecerse a Juan Pablo II, simplemente que sea él mismo y que no finja acercamientos o aperturismos cuando por detrás hace justo lo contrario. No quiero un Bergoglio que de cara al público da una imágen y por detrás hace otra cosa distinta. Tal vez por eso aprecié a Benedicto XVI, fué un Papa sin máscaras, y cuando no podía gobernar la Iglesia, en lugar de fingir renunció.