Rompo mi silencio por culpa de Demetrio Fernández.
En el día de hoy pensaba seguir como hasta ahora, a lo mío que no es poco. Pero me desayuno hoy con una noticia que me ha parecido desagradable, y son las declaraciones de un obispo, del obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, declaraciones que son impresentables. No diré que impropias de un ministro de la Iglesia, tristemente les encantan a nuestros obispos hacer declaraciones subidísimas de tono.
He dado clases a muchísimos alumnos. Tengo a no pocos alumnos con padres separados, divorciados y divorciados con vueltos a casar. Me he encontrado de todo, en las familias mejor colocadas y no divorciadas y en las peor colocadas y en las divorciadas. Es más, tengo un alumno que no quiere y no puede ver a su padre porque tuvo en un juicio que declarar contra los malos tratos de su progenitor hacia su madre. He tenido otro cuya madre vive con su hijo escondida de las amenazas de muerte su expareja. He tenido dos alumnos de una potentada familia muy católica, el uno un excelente estudiante que quería subir nota, el otro inteligentísimo pero un vago de primera y con una prepotencia que se hace necesario limar rebajándole el orgullo. Recuerdo de otro alumno, hijo de una familia del Opus, inteligentísimo y con ciertos desequilibrios. En definitiva, que he visto pasar por mis clases o he dado clase a toda clase de gente, a muchos tipos de alumnos, a toda clase de familias, y cada uno con sus más y sus menos.
No puedo ni me atrevo a generalizar en un mundo fascinantemente caótico, es más, le encuentro un puntillo bastante interesante a este mundo de caos. Si una lección se quiere aprender viendo este mundo, es que al propio Dios le parece disgustar la propia uniformidad.
Como ya dije, si digo que por los alumnos que he visto los mejores o peores están en las familias no divorciadas estaría mintiendo, ofendiendo a los hijos de familias separadas y divorciadas e incluso haciéndole un flaco favor a ciertas familias no divorciadas que les han salido ranas sus hijos. Si afirmo lo contrario pasa igual.
El caso del obispo Demetrio es el de un obispo necio e ignorante. Necio e ignorante porque pone todo su empeño en desconocer la realidad y en documentarse solo en aquello que fortalezca sus opiniones y prejuicios. Su caso es como el de un amigo que tenía, un amigo al que aprecio mucho y al que he tenido y tengo que poner en evidencia por hacer lo mismo que Demetrio pero desde la izquierda zapateril. Es una pena que gente que ha estudiado tanto y con capacidades que no se pueden ignorar, decidan enterrar sus talentos para repetir consignas o fomentar negros prejuicios.
Por otra parte dudo mucho que Demetrio conozca lo que es un contrato laboral. Yo si y ya he pasado por dos, y además yo he estado presente en la realización y cancelación de montones de contratos laborales en mi academia. También conozco lo que es firmar y romper un contrato de alquiler. Hacer un contrato de luz y del agua. Un contrato de telefonía móvil y fija, etc. Solo me falta un contrato matrimonial y casarme. Pero si antes no me he casado, es porque el matrimonio y el contrato matrimonial es el contrato más complicado de todos, en el que debes tener una seguridad absoluta, porque si te casas equivocadamente te enmarronas, y divorciarse no te deja precisamente mejor que como cuando te casaste. Por ello raro es el caso de quien se casa buscando medrar, aunque en las revistas del corazón lo veamos.
En la vida he ido aprendiendo muchas cosas, no sé que habrá aprendido Demetrio como para pensar de esa forma. Pero sin duda solo sé que la realidad que me rodea y la que observo no es la que describe Demetrio, y eso me lleva a pensar que Demetrio ha hecho estas declaraciones con una intención nada buena y con muchísima falta de tacto y prudencia. A veces tirando piedras e ignorando la realidad como hace Demetrio, se es parte del problema. Pero claro, sale gratis decir las cosas más feas de las familias más rotas, más desamparadas y con mayores problemas que intentar ponerse a ser solución de sus problemas.
Concluyo felicitando las navidades atrasadas a los lectores de este blog, y felicitando por adelantado el año. Posiblemente tarde en volver a escribir. Pero volveré sin duda.
Un abrazo.
Julián Moreno Mestre