El cierre del diario Público.

No os oculto mi alegría, es verdad que me alegro del cierre de su edición impresa. Desde un principio ese diario fue una basura, no merecía la pena ni por la portada. No hace falta estudiar 5 años de periodismo para darse cuenta que la opinión debe separarse todo lo posible de lo que es la información, y Público entre mezclaba información, opinión y análisis para agradar el paladar de un selecto público de izquierdas, más a la izquierda del PSOE. Semejante basura no era digerida por casi la mitad del público de este país, los de derechas, e incluso por los de centro y los de izquierda moderada. En esencia era un diario tóxico.

Finalmente, a Roures no le va a quedar más remedio que agradecerle a Mariano Rajoy la reforma laboral y despedir al personal aplicando la nueva legislación. No creo que ese tacaño quiera pagar despidos a la antigua usanza.

Lo que si lo lamento es por Jesús Bastante, aunque estoy seguro que a un profesional de la información religiosa como él no le va a faltar trabajo

Y ahora solo me queda esperar a ver que pasa con la basura de La Gaceta y del grupo Intereconomía. La desinformación y la intoxicación a la que someten a sus lectores terminará pasándoles una dura factura.
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