La imagen de Bergoglio con Ratzinguer arrodillados y orando juntos ha dado la vuelta al mundo. Pero sobre todo la hermosa anécdota del: ¡¡somos hermanos!!, ninguno en primera línea ante Dios rezando, ninguno siendo más que el otro. Un Papa emérito que ya no ejerce y un Papa en activo que si ejerce. Todo son gestos, todo son detalles, todo es una arrolladora y hasta escandalosa imagen, pues todo el perverso protocolo se había pensado en esa capillita para que solo uno orase en primera fila y el otro orase detrás. Finalmente, los dos fueron atrás y los dos en la misma fila. Abajo el protocolo, nadie es más que otro ante Dios.
Pero este gesto ante Benedicto XVI fue mayúsculo en otra misa del Papa Francisco con los trabajadores del Vaticano. En la imagen que traigo con este artículo podemos ver al Papa sentado detrás y no delante. Este es otro clarísimo gesto. Otro escándalo protocolario. Y les guste a algunos o no, este tipo de gestos sientan un precedente y hasta se aprenden. No sé si el maestro de ceremonias del Vaticano, Marini, estará echando humo. Pero desde luego va a tener que volver a aprender su cargo porque Bergoglio está empeñado en dar la nota.