Una huelga perniciosa.
Tenemos que entender a los sindicatos y a sus afiliados. Tanto Cándido Méndez como Fernández Toxo han hecho lo que les pedían sus afiliados, y en el caso de Toxo, parece ser que ha hecho lo que le pedía el cuerpo, ya que de los dos sindicalistas el que lleva la voz cantante y más radical es él. Están atrapados tras la derrota de las negociaciones, y han optado por una medida que alegrará a los suyos y no fracture el sindicato, pero lo cierto es que tras esta nefasta huelga, hemos perdido todos, pero bastante más ellos.
Han convocado una huelga general a un gobierno inflexible y la huelga general se ha vuelto contra ellos. Han hecho daño, eso si, no a los grandes empresarios, sino a los pequeños empresarios y a las medianas empresas. Por no hablar de los trabajadores a los que han hecho daño. En su ánimo por dañar, han hecho un daño al gobierno de la nación, un daño que costará semanas reparar. No es un daño electoral a lo que me refiero, el gobierno ya se hizo su daño con la reforma laboral, sino que han hecho un daño considerable a este gobierno de cara a los mercados y los inversores extranjeros.
Si los sindicatos hubieran sido más inteligentes, deberían haber convocado una recolecta de firmas para promover un recurso parlamentario para modificar ciertos aspectos de la reforma laboral. Con medio millón de firmas habría bastado, aunque estoy seguro que podrían haber logrado fácilmente 10 millones que sin duda habría desgastado al gobierno solo a nivel electoral. Pero han preferido esta iniciativa, bastante inútil, y que costará mucho más que recolectar firmas.
A los sindicatos les ha costado un punto más de credibilidad, y puede costarles mucho más porque habrá crecido la opinión general de eliminar cualquier subvención o financiación a su organización a cargo del dinero público.
Así opino, y quien firma esta opinión NO ESTÁ DE ACUERDO CON LA REFORMA LABORAL.