Los impresentables sindicatos.

Su huelga ha sido con menos éxito que la que le montaron a Aznar. Han hecho lo imposible para que nadie trabajase, han saboteado el transporte público, han increpado e insultado a los que querían trabajar, han tirado piedras sobre vitrinas, escaparates, puertas de colegios y comercios, y así un largo etc.

Han fracasado, prueba de ello es que todos los medios de comunicación nos han mostrado lo violentos que pueden llegar a ser. La violencia de algunos piqueetes es comparable a la ocasionada por la Kale Borroka en Euskady. No se han comportado de forma sensata y pacífica, han hecho lo imposible por violar el derecho de muchísimas personas a trabajar. Han conseguido que incluso algunos empresarios de mercamadrid se les haya podrido el género al no permitir ni la salida ni retorno de camiones.

No saben hacer manifestaciones, no saben protestar, y llaman éxito tanto el Toxo como el Cándido Méndez a actos violentos y amedrantadores. ¿Por qué no se ha protegido adecuadamente a los ciudadanos de esta gente? ¿Hay derecho a que un tipo te insulte por el hecho de trabajar o asistir a clase?

Su lucha está perdida. Los modos de defender su causa nos avergüenzan. Ellos han perdido la partida. Nos han mostrado que son gente violenta, que son intolerantes, que son partidistas, que están contra los derechos de los trabajadores. Por que al fin y al cabo, los que se han manifestado son fundamentalmente liberados sindicales, jóvenes radicalizados, funcionarios con puestos asegurados, etc. No hemos visto entre sus filas a ni un solo inmigrante, es más, les hemos visto incluso agredirles por ir estos a trabajar. Luego dirán que quieren papeles para todos.

Si yo hubiese estado en el gobierno, por estos actos habría proclamado que jamás me sentaría a dialogar con esta gente. De la misma forma que rechazo a Arnaldo Otegui como interlocutor de los radicales y violentos de ETA, aplicaría un criterio semejante con ellos en tanto no denuncien a los piquetes violentos y condenen la violencia. No podemos permitir que justifiquen su violencia física y verbal en estos actos.

Esta es mi opinión, esto es lo que he visto y así es como pienso. Estos sindicatos no me representan, estos sindicatos no me defienden, y estos sindicatos me atacan a mi, a mis amigos inmigrantes, a mi trabajo y sustento, a mi familia, etc. En definitiva, no los quiero.
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