La procesión Atea.
Todo el mundo es libre de hacer y manifestarse como quiera siempre y cuando no se llegue a extremos intencionadamente ofensivos. Muchas manifestaciones son muy ofensivas, como aquella antifamiliar de los obispos o la del orgullo gay. Ambas me parecen manifestaciones que debieran haberse combatido con la ley, pues una cosa es manifestarse y otras abusar del ejercicio de la libertad para cruzar la barrera de lo decente o del respeto.
Ahora unos ateos han decidido convocar una manifestación con la intención de atacar parte del patrimonio religioso de España como es el caso de las procesiones. Semejante idea tan inmadura es propia de gente prejuiciosa y de indeseables. Hace bien el ayuntamiento, la delegación del gobierno y los tribunales de Madrid en prohibirla,
Pero a mi me gustaría que ciertas e impresentables manifestaciones como el orgullo gay se le exigiese exactamente el mismo respeto que a la de los ateos. Una cosa es defender el matrimonio homosexual, y otra es convertir aquello en un circo en el que terminen exhibiéndose no pocos prostitutos montados en carrozas venidos de toda España. Una causa loable es denigrada por otra que comercializa la sexualidad humana. Es más, si las que exhibiesen fuesen las prostitutas, me encantaría conocer la opinión de las feministas que quieren perseguir la prostitución y que sin embargo apoyan y respaldan los colectivos LGTB. Pero en la manifestación del Orgullo Gay se llega más lejos y se insulta a las creencias religiosas de una parte importante de la población española. Y no contentos con esto, se insulta a un partido que puede gobernar este país y derogar una ley fundamental para todo el colectivo LGTB.
Pero volvamos a la manifestación atea. Una manifestación que insulta a la Virgen María con lo de “Cofradía de la virgen del Mismísimo Coño” me parece un despropósito vergonzoso. Se autoproclaman librepensadores, pero para pensar, más vale no ser presos de semejantes prejuicios. Una cosa es que se te vaya la mano, la pluma o la lengua, un error lo tiene cualquiera, y otra es que patines en los prejuicios más horrendos para defender tu causa. Así, la causa atea se envilece, y lejos de perseguir a los “viles” católicos, acaban siendo viles ellos.
A mi me gustaría que los colectivos LGTB se centrasen en conquistar con la razón tanto a la Iglesia Católica y como al PP, y que los ateos reivindiquen su espacio sin necesidad de llegar a esto tan denigrante para ellos. A mi me parece que para los tiempos que corren, con unos progresistas que han perdido la esencia de su identidad, la tolerancia, y con unos conservadores tan instalados en no conservar ni la razón, nos espera un panorama desolador. Y el abuso de manifestarse con insultos denigra el derecho a manifestación.
PD: Dirigido a las opiniones que vienen vertiendo desde sectores LGTB sobre la Procesión Atea.