El repentino fervor religioso de Hugo Chávez.
No obstante, este asqueroso cerdo me ha empezado a dar pena. Y me da pena porque sabe que le llega su San Martin, y pronto no estará en el mundo de los vivos. Me he pensado si merecía la pena apiadarme de un individuo semejante y evitar criticarle ante el negro porvenir que le espera con el cáncer. Pero finalmente pienso que no merece la pena, este repentino fervor religioso no obedece más que a un único síntoma de la corrupción de su persona. Quiere curarse, pero sobre todo quiere seguir en el poder. Tiene tanto miedo a perder el poder y caer bajo etapas más duras de su enfermedad, que por eso se aferra a un rosario o a un vía crucis ahora. La religión es solo un medio desesperado para aferrarse al poder.
No creo en su conversión sincera, porque para eso debe dejar el poder y tratar de dejar su alma en paz. Debe pedir perdón, debe enmendar sus errores, y debe hacerlo con sinceridad y no por el interés personal por la otra vida o por curarse, sino por un desinterés por su salud y por conseguir su salvación. De lo contrario es todo hipocresía.
Su San Martín se acerca, más vale que se de prisa, tal vez pueda evitarlo convenciendo a Dios para que le otorgue un milagro. Pero si tal milagro sucede, dudo mucho que Dios se lo otorgue estando él en el poder, pues se corre el riesgo que se autoproclame iluminado o un santo ante sus estúpidos fieles votantes.
PD: Me sigue costando creer que muchos individuos de izquierda unidad y del PSOE (que son demócratas) quieran ver en Hugo Chavez un icono o un presidente de izquierdas.