Apoyo del Nuncio a "Justicia y paz", en Japón
Más de mil personas desbordaron el aforo del Auditorio en la Universidad Elisabeth (de los Jesuitas, en Hiroshima): 33 Jornada nacional de “Justicia y Paz” (22-25, IX, 07). Ante la derechización política que busca modificar la opción de paz de la Constitución, nos estimuló el simposio de obispos: Monss. Matsuura(Osaka), Takami (Nagasaki), Tani (Saitama) y Mizobe (Takamatsu). Con Gaudium et spes, defendieron separación de Estado y Denominaciones Religiosas, frente al involucionismo de retorno nostálgico al nacionalsintoísmo de pre-guerra. La carta del nuncio, Mons. Alberto Bottari de Castello, nos confirmó el apoyo de la Santa Sede al compromiso por la paz y la justicia.
La carta dice así:.
“Las leyes recientemente aprobadas sobre educación, así como las que facilitan los cambios en la Constitución de Japón han sido motivo de preocupación no sólo en Japón sino en muchos otros países. Se teme que la libertad de expresión y la libertad religiosa se vean amenazadas.
La Constitución japonesa proclama la renuncia a la guerra y es para muchas personas un símbolo de sus esperanzas y súplicas por una humanidad que no recurra a la violencia para resolver los conflictos. Se teme que sea sustituída por algo de menor importancia para el bien de la humanidad.
Ustedes, el episcopado japonés, han expuesto con toda claridad el principio de la separación de Iglesia y Estado, el valor del artículo 9 de la Constitución, no sólo para Japón sino también para otros países, y la importancia de trabajar por la paz.
Su declaración es laudable y valiente. Deseo aprovechar esta oportunidad para asegurarles el apoyo a dicha declaración y a sus esfuerzos por mantener la paz y armonía social, que han hecho posible que la Iglesia florezca y fructifique en Japón en el último más de medio siglo. Son muchas las personas que esperan una orientación clara y un liderazgo valiente en las presentes circunstancias. Estoy seguro de que su reciente declaración será bien recibida por cuantas personas se preocupan del futuro de Japón y de la paz mundial.”
La carta dice así:.
“Las leyes recientemente aprobadas sobre educación, así como las que facilitan los cambios en la Constitución de Japón han sido motivo de preocupación no sólo en Japón sino en muchos otros países. Se teme que la libertad de expresión y la libertad religiosa se vean amenazadas.
La Constitución japonesa proclama la renuncia a la guerra y es para muchas personas un símbolo de sus esperanzas y súplicas por una humanidad que no recurra a la violencia para resolver los conflictos. Se teme que sea sustituída por algo de menor importancia para el bien de la humanidad.
Ustedes, el episcopado japonés, han expuesto con toda claridad el principio de la separación de Iglesia y Estado, el valor del artículo 9 de la Constitución, no sólo para Japón sino también para otros países, y la importancia de trabajar por la paz.
Su declaración es laudable y valiente. Deseo aprovechar esta oportunidad para asegurarles el apoyo a dicha declaración y a sus esfuerzos por mantener la paz y armonía social, que han hecho posible que la Iglesia florezca y fructifique en Japón en el último más de medio siglo. Son muchas las personas que esperan una orientación clara y un liderazgo valiente en las presentes circunstancias. Estoy seguro de que su reciente declaración será bien recibida por cuantas personas se preocupan del futuro de Japón y de la paz mundial.”