Un Camino, según el Tríptico del Loto
Dice el Buda, en el Sutra del Loto: “Moro siempre aquí y ahora con vosotros predicando el Dharma”. Dice Jesús, en el evangelio según Mateo: “Id y haced discípulos de todas las naciones... Yo estoy con vosotos cada día, hasta el fin de esta edad”.
"En el tríptico de Sutras del Loto, presentado en el post anterior, una enseñanza central es que, bajo la diversidad de peregrinantes y peregrinaciones, hay un camino único. No hay muchos vehículos, sino uno sólo. El Buda se manifiesta de diversas maneras y usa diversos lenguajes, que han de ser relativizados. Para salvar a todo el mundo habla en cada momento y lugar el lenguaje asequible al auditorio. Pero todos los lenguajes y vehículos son hábiles recursos, estratagemas salvíficas (hôben, en japonés; upaya, en sánscrito).
En el sabio del clan de los Shaka se manifestó, como en otros budas o iluminados, el secreto del Buda eterno, símbolo de la Vida (¡con mayúscula!) que sostiene y envuelve todo, existe desde siempre y para siempre. Discuten los lingüistas si su nombre se debe traducir literalmente como “el Así-ido” o “el Así-venido”. En realidad, es el “Así-siempre-Presente”. En japonés, Nyôrai, el que viene de la luz y de la realidad; en sánscrito, Tathâgatâ, el “así tal cual”, al que la devoción popular llamará el Baghavant o Bienaventurado, el Reverenciado en todo el mundo.
Su enseñanza no es para un grupo selecto de monjes, sino para todo el mundo. No está en libros o templos, sino en la práctica. Y la práctica es el camino del bodisatva: alguien en camino hacia la iluminación perfecta, hasta convertirse en un buda, pero que retrasa su logro del nirvana para permanecer dedicado a vivir para la salvación de todo el mundo. por el camino de la compasión: maitri y karuna, en sánscrito; jihi, en japonés..
Un oráculo esperanzador para cualquier persona: “Os haréis budas”. Eso es posible porque dentro de cada persona –con total igualdad, sin distinción de castas- se puede descubrir la budeidad, la naturaleza búdica, la iluminabilidad o capacidad de alcanzar la iluminación, porque ya está la luz de vida y el secreto de la flor de loto en nuestro interior frágil de barro."
(Del prólogo al Tríptico de Sutras del Loto, trad.y edición de J. Masiá, I. Tani Y K. Yoshida, coeditado por ed. Sígueme y Kosei Publishing Co., Salamanca y Tokyo, 2009)
"En el tríptico de Sutras del Loto, presentado en el post anterior, una enseñanza central es que, bajo la diversidad de peregrinantes y peregrinaciones, hay un camino único. No hay muchos vehículos, sino uno sólo. El Buda se manifiesta de diversas maneras y usa diversos lenguajes, que han de ser relativizados. Para salvar a todo el mundo habla en cada momento y lugar el lenguaje asequible al auditorio. Pero todos los lenguajes y vehículos son hábiles recursos, estratagemas salvíficas (hôben, en japonés; upaya, en sánscrito).
En el sabio del clan de los Shaka se manifestó, como en otros budas o iluminados, el secreto del Buda eterno, símbolo de la Vida (¡con mayúscula!) que sostiene y envuelve todo, existe desde siempre y para siempre. Discuten los lingüistas si su nombre se debe traducir literalmente como “el Así-ido” o “el Así-venido”. En realidad, es el “Así-siempre-Presente”. En japonés, Nyôrai, el que viene de la luz y de la realidad; en sánscrito, Tathâgatâ, el “así tal cual”, al que la devoción popular llamará el Baghavant o Bienaventurado, el Reverenciado en todo el mundo.
Su enseñanza no es para un grupo selecto de monjes, sino para todo el mundo. No está en libros o templos, sino en la práctica. Y la práctica es el camino del bodisatva: alguien en camino hacia la iluminación perfecta, hasta convertirse en un buda, pero que retrasa su logro del nirvana para permanecer dedicado a vivir para la salvación de todo el mundo. por el camino de la compasión: maitri y karuna, en sánscrito; jihi, en japonés..
Un oráculo esperanzador para cualquier persona: “Os haréis budas”. Eso es posible porque dentro de cada persona –con total igualdad, sin distinción de castas- se puede descubrir la budeidad, la naturaleza búdica, la iluminabilidad o capacidad de alcanzar la iluminación, porque ya está la luz de vida y el secreto de la flor de loto en nuestro interior frágil de barro."
(Del prólogo al Tríptico de Sutras del Loto, trad.y edición de J. Masiá, I. Tani Y K. Yoshida, coeditado por ed. Sígueme y Kosei Publishing Co., Salamanca y Tokyo, 2009)