Celebrar la sanación: ritual de misericordia

(Relatio del Sínodo de Obispos, nn. 44-46: “pastoral de la misericordia... caminos pastorales nuevos... “ n. 52: acogida sacramental de divorciados vueltos a casar, camino penitencial...”. Cuestionario, n.35, “las familias heridas”;).

Dice Francisco: “El confesonario no debe ser una sala de torturas, sino el lugar de la misericordia (Evangelii Gaudium, n. 44). “La misericordia es la más grande de las virtudes” (id., n.37). “La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio” (id., n. 114).“Las puertas de los sacramentos no deberían cerrarse... La Iglesia no es una aduana, es la casa paterna, donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas”(id., n.47).

El Sacramento de la Penitencia y Reconciliación no es un trámite de derecho canónico, sino vida de fe comunitaria. Se desvirtúa cuando se entiende como mero “trámite de confesión auricular” (como quien preguntaba si podía confesarsde por e-mail o internet). No es como “llevar un traje a la tintorería”, ni como “pagar una multa en la ventanilla de tráfico”, ni como “regateo comercial para obtener rebajas indulgenciada de pena a cambio de cumplir penitencias”. (Véase:Adios al confesionario y bienvenida al pacificatorio, disponoible para descarga gratuita en "Libros Bubok": http://www.bubok.es/autores/jmasia/3


Este sacramento se llama mejor Sacramento de la Misericordia y Sanación. No es solo perdón de los pecados, sino sanación de las heridas y reconstituyente de la vulnerabilidad.

Pido y recibo sanación de "las heridas que causé a otras personas, las heridas que me causaron y las que me causé a mi mismo, y las de todo el cuerpo de la Iglesia.

Celebramos este sacramento, no solamente cuando acudimos al confesionario (para celebrarlo dialogalmente, orando juntos penitente y celebrante), sino, sobre todo, al comienzo de la Misa, que empieza siempre con el rito del Confiteor para pedir y recibir el perdón y la sanación de toda la comunidad creyente. Las heridas de cada miembro repercuten en la comunidad y la iglesia entera se reconoce necesitada de conversión y reforma continua.

Confiteor significa "Reconozco": Cada creyente y la iglesia entera reconocemos la necesidad de sanación y la fe en la sanación; reconocemos necesitar siempre perdón y agradecemos estar siendo siempre perdonados.

Cada vez que participamos en la Eucaristía, pedimos, recibimos y celebramos la sanación y el perdón: al comienzo de la Misa, en el rito penitencial; al escuchar la Palabra del Evangelio (per evangelica dicta deleantur nostra delicta), al profesar la fe en el perdón, rezando el Credo; al darnos mutuamente la paz; al cantar la liberación por Cristo del “pecado del mundo” (el pecado social, ambiental y estructural) etc.


(Reproduzco, a continuación el ritual de la celebración comunitaria del Sacramento de la Misericordia (con absolución general), tal como la hemos vivido esta cuaresma en la liturgia bilingüe (español y portugués) de una comunidad latinoamericana de inmigrantes en la diócesis de Tokyo. Algunas personas divorciadas y vueltas a casar, que desean ser atendidas en el consultorio parroquial, son acogidas pastoralmente y animadas a participar en la vida sacramental en estas celebraciones de la Penitencia y la Eucaristía).

Rito penitencial al comienzo de la Misa
Celebração da misericórdia, cura das feridas do coração e perdâo dos pecados.


Celebrante: Irmãos, irmãs: No ato penitencial ao começo da Missa reconhecemos, com arrependimento e desejo de emenda, a necessidade de cura e de perdão. Reconhecemos a misericórdia, com gratidão e alegria.

Leitura (Mt 9,13) : "Vão aprender o que significam estas palavras da Escritura: Prefiro a misericórdia e não os sacrificios. Eu não vim chamar os justos, mas sim os pecadores”.

Celebrante (Homilia): Quando rezamos O Pai nosso, recebemos o perdão. Perdoa nossos pecados e faz- nos capazes de perdoar. Tambem quando rezamos confessando nossa fé com o Credo: O perdão como ato de fé. Quando confessamos nossa fé, dizemos creio no perdão, creio na misericórdia, creio que recebo sempre o perdão, que Deus me chama sempre e me acolhe com misericórdia e compaixão. No sacramento da reconciliação, através das palavras da confissão e das palavras de absolvição se faz realmente presente a misericórdia de Deus que nos perdoa, nos cura e nos fortalece para levantar o ánimo depois de cada falta. Há duas maneiras de celebração da penitencia e misericórdia.: 1) O ato penitencial ao começo da Missa. Reunidos para a Missa, todos juntos, pedimos e recebemos o perdão dos pecados e a cura das feridas do coração. 2) Quando confessamos os pecados a um padre e rezamos juntos com ele para pedir a cura das feridas do coração, agradecer a misericórdia e receber aumento de fé, confianza e amor.

Confissão como ato pessoal: (No silêncio do coração cada pessoa reconhece diante de Deus a necessidade de perdão e cura).

Celebrante (Confissão como ato de toda a Igreja): Nosso ato penitencial e também um ato de toda a Igreja. Cantamos juntos (com asperção): Misericordia de mim, Deus de bondade...

Celebrante (Absolvição, Absolución): Dios, Padre y Madre de misericordia, que reconcilió consigo al mundo por la muerte de Jesús hacia la vida de la resurrección, y envió al Espíritu Santo para el perdón de los pecados, nos concede por el ministerio de la Iglesia el perdón y la paz. Y recibid la absolución de los pecados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Celebrante: Como señal de gratitud (y, como suele decirse: “en señal de cumplir penitencia”) cantaremos todos juntos el Magnificat.

(Prosigue la Misa con la oración y lecturas del día...)
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