Eva y Ave: depurar imágenes y recuperar símbolos

La narración mítica sobre Eva o la metáfora de una concepción inmaculada son armas de doble filo. La predicación pesimista sobre el mal llamado pecado original (que ni es un pecado ni es lo más originario) impide depurar la imagen de “Eva –dadora-de-Luz” y recuperar el símbolo del “Ave-toda-Mujer-agraciada”. Al acercarse el 8 de diciembre, pasemos por el cedazo de la hermenéutica las catequesis contaminadas por pesimismos teológicos y machismos ideológicos.

Para ir preparando el terreno, valgan las sugerencias siguientes:

1. Dar a luz es dar luz, porque toda criatura que nace es una chispa de luz originaria para un mundo con oscuridad original.
2. Nadie nace con mancha, ni el dar a luz mancha a nadie. Ni la criatura ni la madre necesitan purificarse por el nacimiento. Lo que necesita purificación es el mundo que entre todos y todas contaminamos.
3. Si alguien entra en una habitación con el aire contaminado por el humo del tabaco y empieza a toser no tiene culpa ninguna. Si, en vez de abrir las ventanas para ventilar , enciende un puro, contribuye por su parte a aumentar la contaminación.Toda criatura nace sin mancha y ve la luz en un mundo que ya hemos enrarecido entre todos y todas de antemano: es la metáfora del mal original. Cuando alguna vez esa criatura contribuya a aumentar la contaminación, se dirá por primera vez que ha cometido un mal, ha desperdiciado su propia luz originaria y ha contribuido a aumentar la oscuridad original.
4. Pero todo esto no es más que el prólogo para poder hablar el 8 de diciembre de la Inmaculada como metáfora sin insultar a la mujer… (Continuará)
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