Jesús, sabiduría místico-profética más que realeza sacerdotal

Jesús-Cristo, el Enviado, es encarnación palpable de la Vida impalpable (1 Jn 1, 1-4), símbolo visible del Dios invisible (Col 1, 15).

Las imágenes de la Biblia hebrea que mejor cuadran con la vida y obra de Jesús, Revelador de Abba -el Dios Padre y Madre-, son: la figura del profeta iluminado y comprometido (Mt 11, 2-6: “Dichoso quien no se escandalice de mí”), y la vida del sabio contemplativo y compasivo ( curando y orando: Mc 1, 29, 38).

Si se aplican a Jesucristo metáforas de realeza, será a condición de entender lo que significa “mi Reinado no es de este mundo” (Jn 18, 36: la realeza mía no pertenece al orden este del establishment, del sistema) .

Si se aplican a Jesucristo metáforas sacerdotales, será a condición de entender el sacerdocio existencialmente (Heb 10, 1-10) y no como categoría de culto litúrgico, rango social o función sacrificial.

Jesús viene de Galilea al Jordán y es bautizado por Juan. Pero no se convierte en el “número dos” , ni en el “sucesor”. No se queda en el desierto ni se dedica a bautizar. La opción de Jesús es retornar a Galilea, a 1) dar esperanza, 2) curar y 3) denunciar.

No anuncia el castigo, sino la misericordia. No se dedica a bautizar, sino a curar, liberar y ponerse de parte de los excluidos. Denuncia las causas de la injusticia y cambia la imagen de Dios de la religión establecida. Por eso Jesús era peligroso para el régimen e incómodo para el sistema, que acaba ejecutándolo.

Recordamos esta mensaje evangélico importante, precisamente el día que la liturgia celebra la solemnidad de Cristo Rey, ya que esta fiesta estuvo rodeada de ambigüedades en sus comienzos (proclamación por Pio XI en 1925) y en la utilización política que se hizo de ella en épocas de nacional-catolicismo (una organización terrorista de extrema derecha se llamaba enaquellos tiempos “Guerrilleros de Cristo Rey”) .
Por tanto, a ver qué homilías se predican este último domingo del año eclesial...!!!
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