Una lectora asidua del blog me pregunta por los calmantes administrados a pacientes en situación terminal. Otro lector confunde la sedación con la eutanasia. Ambos coinciden en desear cerciorarse sobre la tradición de la teología moral antes de la revisión postconciliar.
Para su tranquilidad les contesto con un texto, “preconciliar y tradicional”, de Pío XII (justamente de hace medio siglo, poco antes de su fallecimiento, en un discurso al VII Congreso Internacional del Colegio Internacional Neuro.psico.farmacológico, 9-IX-1958). Dice así:
“La eutanasia, es decir, la voluntad de provocar la muerte, está condenada por la moral.Pero si el moribundo(sic) consiente en ello, está permitido utilizar con moderación narcóticos que dulcifiquen su sufrimiento, aunque también entrañen una muerte más rápida. En este caso, en efecto, la muerte no ha sido querida directamente. Ella es inevitable, y motivos proporcionados autorizan medidas que aceleren su presencia”