Pregunta por e-mail un lector que quién es el teólogo “progre” del que tomé la cita sobre el pan y el vino, física y químicamente iguales tras el cambio que los convierte en sacramento. Pues la cita era del teólogo Ratzinger.
No quiero llamarle “progre”, dada la connotación peyorativa de este adjetivo, pero sí se reconocerá la conjugación de apertura y solidez en las formulaciones del teólogo bávaro que hoy nos sigue invitando a redescubrir lo esencial en la estela de san Benito.
La cita en que aludía a que el “cambio tiene lugar fuera del ámbito de lo físico” la tomé del original en alemán de su estudio “Das Problem des Transusbstantiation”, en: Theologische Quartalschrift 147, 1967, 129-176.
Como ha repetido recientemente el P. Adolfo Nicolás SJ, estos textos de Ratzinger nos ayudaron en nuestros años de estudiantes de teología a pasar del literalismo preconciliar a la hermenéutica actual, pero sin pasarnos al extremo opuesto (Y eso explica en buena parte la permanencia crítica en la fidelidad y comunión eclesial de mi generación, fidelidad y comunión, de la que algunos o algunas comentaristas del blog parecen desear verme fuera... ).