El Tao que puede expresarse no es el Tao permanente.
El nombre que puede nombrarse no es el nombre permanente.
Lo que no tiene nombre es el principio del Cielo y la Tierra.
(TAO TE CHING I, 45)
Dijo Dios a Moisés: Soy el que soy.
(Ex 3, 14)
(Tercera parte del libro de
J. Masiá y K. Suzuki,
El Dharma y el Espíritu, ed. PPC, 2008).