La razón de la sinrazón terrorista
Se han repetido , en los días siguientes a los atentados terroristas las críticas que protestan por su irracionalidad y las quejas angustiadas por la sinrazón del múltiple homicidio indiscriminado. Pero...¿y si la “razón de la sinrazón” de esa locura estuviese en lo terrible de la “racionalidad” que desencadenó la tragedia?
La agresión del lobo contra el cordero, del águila contra el conejo o del león contra la cierva pueden ser vorazmente sanguinarias; pero, por muy violento, lacerante y mortal que sea el ataque, no se nos ocurrirá calificarlo como crueldad. Las especies animales irracionales son capaces de atacar, herir y matar, pero no son capaces de crueldad.
El animal racional (triste ironía que presumamos de serlo) es el animal capaz de usar sutilmente su racionalidad para justificar lo injustificable; es el animal capaz de crueldad contra sus congéneres y contra sí mismo. Es el animal especialmente vulnerable, precisamente por la ambivalencia de su racionalidad.4
Cuando decimos indignados: que atrapen a quienes cometen tal atrocidad irracional y que los maten y rematen en el acto, sin dar tiempo siquiera a que los lleven esposados a la cárcel”, ¿no estaremos presumiendo inconscientemente de nuestra racionalidad?
Lo más terrible de la tragedia no fue su locura supuestamente irracional, sino el uso horrorroso de la racionalidad que la originó: la racionalidad puesta en juego por el cerebro izquierdo calculador y el lenguaje manipulador del dirigente pseudoreligioso que inyectó motivaciones radicalizadoras en el corazón de aquellos jóvenes, cuyas manos ejecutaron las matanzas. Cerebro e ideología del planificador (o planificadores) fueron más peligrosos que el coraz:on y manos de los ejecutores.
El que planeó el terror usó su racionalidad instrumental, dominadora y manipuladora para prepararlo y justificarlo. Esa mismo uso de la racionalidad se puso en juego cuando un político intentaba buscar responsabilidades en partidos ajenos, o sacar provecho de la tragedia para sus intereses electorales... ¿Nos hemos dado cuenta de que el animal racional es un terrorista potencial?
En mis primeros años de docencia, solía comenzar el curso de antropología hablando del animal racional. Fue al día siguiente del ataque preventivo injusto y de la invasión irresponsable de Irak por Bush, que lo justificaba racional y pseudoreligiosamente, cuando cambié el título y tema de mi curso de antropología filosófica: En vez de El animal razonador, sería El animal vulnerable.
Hoy, al mismo tiempò que me siento víctima con las víctimas, tras cada acción terrorista, me paro a reconocer horrorizado que todos llevamos dentro raíces de terrorismo. El animal vulnerable que soy, ¿cómo desarraigará las raíces de terror, la razón de las sinrazones que desencadenan a diartio cada racionalización y justificación del terror? (Empezando por los pequeños odios, envidia, maltratos, violencia doméstica, hate speech etc. en la vida cotidiana; por ejemplo, los insultos por twitter o en comentarios mal educados de blogs...)
La agresión del lobo contra el cordero, del águila contra el conejo o del león contra la cierva pueden ser vorazmente sanguinarias; pero, por muy violento, lacerante y mortal que sea el ataque, no se nos ocurrirá calificarlo como crueldad. Las especies animales irracionales son capaces de atacar, herir y matar, pero no son capaces de crueldad.
El animal racional (triste ironía que presumamos de serlo) es el animal capaz de usar sutilmente su racionalidad para justificar lo injustificable; es el animal capaz de crueldad contra sus congéneres y contra sí mismo. Es el animal especialmente vulnerable, precisamente por la ambivalencia de su racionalidad.4
Cuando decimos indignados: que atrapen a quienes cometen tal atrocidad irracional y que los maten y rematen en el acto, sin dar tiempo siquiera a que los lleven esposados a la cárcel”, ¿no estaremos presumiendo inconscientemente de nuestra racionalidad?
Lo más terrible de la tragedia no fue su locura supuestamente irracional, sino el uso horrorroso de la racionalidad que la originó: la racionalidad puesta en juego por el cerebro izquierdo calculador y el lenguaje manipulador del dirigente pseudoreligioso que inyectó motivaciones radicalizadoras en el corazón de aquellos jóvenes, cuyas manos ejecutaron las matanzas. Cerebro e ideología del planificador (o planificadores) fueron más peligrosos que el coraz:on y manos de los ejecutores.
El que planeó el terror usó su racionalidad instrumental, dominadora y manipuladora para prepararlo y justificarlo. Esa mismo uso de la racionalidad se puso en juego cuando un político intentaba buscar responsabilidades en partidos ajenos, o sacar provecho de la tragedia para sus intereses electorales... ¿Nos hemos dado cuenta de que el animal racional es un terrorista potencial?
En mis primeros años de docencia, solía comenzar el curso de antropología hablando del animal racional. Fue al día siguiente del ataque preventivo injusto y de la invasión irresponsable de Irak por Bush, que lo justificaba racional y pseudoreligiosamente, cuando cambié el título y tema de mi curso de antropología filosófica: En vez de El animal razonador, sería El animal vulnerable.
Hoy, al mismo tiempò que me siento víctima con las víctimas, tras cada acción terrorista, me paro a reconocer horrorizado que todos llevamos dentro raíces de terrorismo. El animal vulnerable que soy, ¿cómo desarraigará las raíces de terror, la razón de las sinrazones que desencadenan a diartio cada racionalización y justificación del terror? (Empezando por los pequeños odios, envidia, maltratos, violencia doméstica, hate speech etc. en la vida cotidiana; por ejemplo, los insultos por twitter o en comentarios mal educados de blogs...)