El arzobispo de Lima, Carlos Castillo, reaccionó de inmediato al hecho político que ha generado un quiebre institucional de la democracia en Perú.

En una breve declaración entregada a Religión Digital, monseñor Castillo lamenta esta situación y rechazó toda ruptura del sistema democrático. Calificó que la medida de disolver el Congreso Nacional del Perú, por parte de quien ese minuto era el presidente Pedro Castillo, "es una medida lejana de los intereses y bien común del Perú", indicó el arzobispo.

"Su apuro por hacer esto -continuó el obispo primado del Perú- obedece a que (Pedro Catillo) no sabe cómo defenderse de las acusaciones  y si bien es cierto que han sido múltiples y de todo tipo, ha caído en el apresuramiento y desespración".

Añadió que aquí "hay algo oscuro y que debe corregirse". "Hemos llamado sucesivamente a la corrección, varias veces, y solo existe la corrección para el lado opuesto pero no para el lado propio. Y ese es justamente el problema que tenemos los peruanos: no reconocer los males que hemos hecho".

El arzobispo Castillo señaló a RD que "he pedido que toda la clase política piense  en una rectificación y en primer lugar en quien ocupa el primer lugar en la  dirección del país. Poner a todo el país en vilo, no es ético, no es moral, es amoral actuar de esa manera, porque se prefiere que se hunda el país  en vez de salvarlo".

"Por eso solicito a todos que tengan una actitud pacífica y de diálogo, que rechacen este golpe de estado  y permitir que las fuerzas del poder se organicen de mejor manera", concluyó.

Al cierre de esta nota, las Fuerzas Armadas respaldaron la Constitución y el Congreso. Además, los parlamentarios destituyeron a Pedro Catillo como Presidente de la República y procederán a elegir a Dina Boluarte, actual vicepresidenta para que lo reemplace. 

Ver declaración de la Conferencia Episcopal del Perú