"Aquí en este lugar está el futuro Presidente de Chile, no lo vamos a ir a buscar a otra parte, ¡Está aquí! Está aquí el nuevo nobel de literatura, aquí está el economista que se preocupa cómo superar la pobreza, aquí están los futuros sacerdotes, religiosas y diáconos, también de aquí saldrán matrimonios, camino excelso de santidad, porque aquí hay personas que no temen, porque saben que Dios está con nosotros y estará hasta el fin de los tiempos", dijo el arzobispo de Santiago y cardenal electo, Fernando Chomali, a una multitud de casi 15 mil jóvenes que peregrinaron hasta el Santuario de Los Andes. "Emprendamos la aventura de una vida plena entregada a los demás, en donde nuestro llamado es a servir y no a ser servido, en la cual nos reconocemos creados para amar y ser amados y para trabajar por los demás", añadió.

La Peregrinación Juvenil al Santuario de Santa Teresa de Los Andes este año 2024 estuvo marcada por las sinceras palabras del arzobispo de Santiago a los jóvenes, a quien les habló con emoción, directa y francamente. Ante ellos reconoció problemas y desafíos que enfrenta la juventud en la actualidad.

Esta caminata donde participan jóvenes de parroquias, movimientos apostólicos y de pastorales de colegios, se realiza anualmente y es organizada por la Vicaría de la Esperanza Joven del Arzobispado de Santiago en colaboración con el Santuario de Teresa de Los Andes, y se inscribe dentro de la religiosidad popular que busca fomentar la esperanza y la unidad de los jóvenes chilenos.

La ruta, cercana a la región Metropolitana de Santiago se extiende por 27 kilómetros desde la localidad de Chacabuco hasta el Santuario, y se caracteriza por tener por estaciones de animación y momentos de oración, acompañando a los peregrinos en su camino hacia la fe y la reflexión personal especialmente en su relación con el mundo actual.

El arzobispo Chomali quien será hecho cardenal por el papa Francisco en el próximo consistorio del 8 de diciembre, comenzó pidiendo perdón: “Perdónenos por el mundo que les hemos dejado. Perdónenos porque no hemos sido capaces de detener la guerra que mata y que no construye. Les pido perdón también por los abusos de todo tipo, incluso al interior de la Iglesia. ¡Cómo nos duelen!”. Estas palabras resonaron profundamente entre los asistentes, muchos de los cuales se sintieron identificados con los problemas que el arzobispo de Santiago mencionaba.

El cardenal designado también habló sobre las injusticias sociales que afectan a los jóvenes y sus familias, reconociendo las dificultades económicas y la falta de oportunidades que tantos enfrentan. “Nos duele que muchas personas y jóvenes capaces no puedan estudiar porque no tienen dinero. Nos duele que miles de ellos hayan dejado el colegio y anden a la deriva”, expresó. En medio de este panorama, el arzobispo llamó a la reflexión y al compromiso, instando a los jóvenes a no perder la esperanza y a actuar con valentía para transformar la realidad.

Uno de los puntos más significativos de la homilía fue el llamado a volver a la palabra de Dios como fuente de esperanza y sentido. Chomali destacó: “Tenemos que volver una y otra vez a la palabra del Señor y a su promesa. Esa que no falla, que sigue presente y que se hace realidad hoy, ‘yo estaré con ustedes hasta el fin de los tiempos’”. Este mensaje de confianza en la presencia de Cristo fue recibido con aplausos y expresiones de apoyo por parte de los jóvenes presentes.

El arzobispo también enfatizó la necesidad de poner a Jesucristo en el centro de la vida de cada persona para encontrar un propósito verdadero. “Si ponemos al centro a Jesucristo, si lo reconocemos como el creador, si nos grabamos en nuestra mente, en nuestro corazón, en nuestra boca, nuestras manos que Cristo nos amó hasta el extremo y se entregó por cada uno de nosotros, seremos capaces de vislumbrar un nuevo futuro para nosotros y para los demás”, afirmó. Con estas palabras, alentó a los jóvenes a no dejarse llevar por las cosas materiales, que solo llevan al vacío, sino a encontrar en Cristo la verdadera razón de vivir.

Chomali también habló sobre la importancia de reconocer la vocación personal que Dios tiene para cada uno. “Jesucristo nos tiene preparada una vocación personal; nosotros no tenemos vocación a lo que nos resulte porque la tenemos inscrita en nuestro corazón, desde siempre, desde toda la eternidad. Nadie nos puede robar ese sueño de cumplirlo”, declaró. Este llamado a descubrir y seguir la propia vocación fue un momento de profunda reflexión para los peregrinos, muchos de los cuales buscan definir su camino en la vida.

El arzobispo no dudó en reconocer los desafíos que implica vivir una vida de fe en el mundo actual, invitando a los jóvenes a tener “un corazón de carne” y a ser valientes para ir contra la corriente. “Si no lo hacemos, terminaremos pensando como vivimos. Esa es la ruina del hombre y del alma”, advirtió. Además, insistió en que no se puede vivir en una sociedad donde el otro es visto como un enemigo, sino que es necesario construir una comunidad de hermanos.

El mensaje de Chomali no solo fue un llamado a la reflexión, sino también a la acción. Invitó a los jóvenes a ser protagonistas en la construcción de un mundo mejor, afirmando: “Somos una comunidad de hermanos que construimos entre todos un nuevo mundo, un mundo según el querer de Dios”. Esta invitación resonó especialmente entre los jóvenes, quienes se comprometieron a trabajar por una sociedad más justa y solidaria.

La homilía concluyó con un llamado a la oración y a vivir según los valores del Evangelio, para que, a través de la fe, los jóvenes puedan ser luz en el mundo. “Construir la propia vida desde los gustos terminará atentando en contra de nosotros; quien no reza no tiene nada que decirle al mundo”, afirmó el arzobispo. De esta manera, alentó a los presentes a profundizar en su vida espiritual y a encontrar en la oración la fuerza necesaria para enfrentar los desafíos del día a día.

La Peregrinación Juvenil al Santuario de Santa Teresa de Los Andes es más que una caminata; es una experiencia de encuentro y transformación personal. Los jóvenes que participaron no solo recorrieron un camino físico de 27 kilómetros, sino que también emprendieron un viaje espiritual hacia una vida más plena y comprometida con los valores de la fe y el servicio a los demás.

Con el lema “Peregrinos de la esperanza”, esta peregrinación se ha convertido en un símbolo del deseo de los jóvenes de construir un mundo mejor, donde la fe y la esperanza sean las guías para sus acciones diarias.

La homilía completa se puede leer aquí.