Exigencias del Gobierno provoca cierre de albergue de personas de calle por falta de recursos Chile: Los pobres pagan los platos rotos
Este proyecto daba albergue a 60 personas en situación de calle, y según el Gobierno, la fundación de la Iglesia que le daba el respaldo no calificó para la licitación de recursos por falta de un documento que otra autoridad gubernamental no considera necesario
"En esta hospedería se vivía lo que dice Hechos de los Apóstoles: la Iglesia oraba, se preocupaba de los más necesitados y gozaba de simpatía en todo el pueblo”
| Aníbal Pastor N. Corresponsal en Chile.
"Mireya es una persona de situación de calle muy conocida en la región del Biobío", cuenta el exarzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, actual arzobispo de Santiago. “La Hospedería Esteban Gumucio era el único lugar donde ella iba. Más aun, ella tenía una pieza especial por su edad y por sus condiciones. Por eso, en esta hospedería se vivía lo que dice Hechos de los Apóstoles: la Iglesia oraba, se preocupaba de los más necesitados y gozaba de simpatía en todo el pueblo”, comentó dolido quien fuera pastor durante 12 años de Concepción y fundara este albergue en esta ciudad.
Tras 8 años de funcionamiento, la "Hospedería Padre Esteban Gumucio" del Arzobispado de Concepción, debió cerrar sus puertas por falta de recursos luego que no se adjudicara el programa de "Noche Digna" que le permitía acceder a recursos del Estado, a través del Ministerio de Desarrollo Social del gobierno chileno.
Este proyecto daba albergue a 60 personas en situación de calle, y según el Gobierno, la fundación que le daba el respaldo, no calificó para la licitación de recursos por falta de un documento que otra autoridad gubernamental no considera necesario.
Se trata de una exigencia que es vista por muchos como algo exagerado para la transparencia gubernamental pero explicable luego de los casos de corrupción a que se ha visto envuelto el gobierno del presidente Gabriel Boric, en este mismo Ministerio de Desarrollo Social en el llamado "caso fundaciones" en el norte del país principalmente.
El espacio de la hospedería de Concepción, a 500 mkilómetros al sur de Santiago, fue una iniciativa de la Fundación Social Novo Millennio, que pertenece a la Vicaría Pastoral Social del Arzobispado de Concepción y que desde hace muchos años trabaja en colaboración con dicho Ministerio de Desarrollo Social.
Gabriela Gutiérrez, delegada episcopal para dicha Vicaría, explicó que el problema se suscitó cuando la autoridad regional exigió un nuevo requisito de adjudicación en las bases de licitación de los recursos. Esto es, que la Fundación Novo Millennio debía estar inscrita en el registro de fundaciones del Ministerio de Justicia. "Algo que no había ocurrido en ocho años y donde en cada período anual nos adjudicábamos los recursos sin problemas", indicó la vicaria.
El actual administrador apostólico del Arzobispado de Concepción, obispo Bernardo Álvarez, dijo a Religión Digital que "lamentablemente, sentimos un gran dolor perder este proyecto. A través de él, la Iglesia manifiesta su apoyo a los hermanos más vulnerables de la sociedad y en este espacio se da una relación casi familiar, que cuenta con apoyo de diversas instituciones eclesiales en una verdadera comunión, que es muy importante".
"Cuando llegué a Concepción me di cuenta de que había muchas personas en situación de calle", relata el exarzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, actual arzobispo de Santiago. "Por ello --cuenta-- convocamos a la Fundación Novo Millennio del Arzobispado para llevar a cabo un proyecto de acogida a personas en situación de calle. Este funcionaba 24 horas, 365 días al año, y cobijaba a 60 personas. Era un orgullo. Es un orgullo de toda la ciudad, porque a veces llamaban a medianoche para que recibiéramos a alguien".
De esas 60 personas, 11 no pudieron ser reasignadas a otros espacios e instituciones en Concepción, informa Gabriela Gutiérrez. Golpearon las puertas de residencias de adultos mayores, del Hogar de Cristo y otras fundaciones, y solo 49 de ellas pudieran ser acogidas en estas. Las demás... a la calle nuevamente. Entre ellas, Mireya.
"Años atrás tuvimos el Albergue Móvil que instalábamos en la Plaza de Concepción y recibíamos a personas que no querían ir a la hospedería. Funcionó tres años hasta que se cerró por el covid", recuerda Chomalí.
Gabriela añade: "nos declararon inadmisible en la licitación porque la fundación no está registrada en el Ministerio de Justicia. Sin embargo, el mismo secretario regional de esa cartera nos indicó que no era necesario pues Novo Millennio es una fundación de derecho canónico que se rige por la legislación eclesiástica y que por la Ley de Cultos es reconocida por el Estado".
La hospedería lleva el nombre del Padre Esteban Gumucio (1914-2001), de la Congregación de los Sagrados Corazones, quien se dedicó a atender a los pobres y defenderlos en su dignidad. Hoy se encuentra en proceso de beatificación en el Vaticano y ya fue declarado siervo de Dios.
De hecho, así ocurrió durante los primeros ochos años de funcionamiento, hasta el 12 de diciembre pasado cuando fue disuelta. "Incluso mantenemos con el mismo Ministerio de Desarrollo Social otros convenios, y hemos logrados otras adjudicaciones como fundación porque no exigían en sus bases el requisito de registro", aclaró la Delegada Episcopal de Pastoral Social que además es representante legal de la fundación.
Monseñor Chomalí declaró a RD que "Ha sido un trabajo profesional bien hecho, con mucho amor y sobre todo que generaba vínculos con las universidades, los colegios y otras instituciones". Además, "todas las autoridades regionales, durante estos ocho años, fueron alguna vez a visitar esta hospedería y valoraban su limpieza, su calidez. Hoy resulta incomprensible que estén desmantelando este trabajo bien hecho. Y en la práctica no ofrecen una alternativa".
El 29 de diciembre pasado, Gabriela Gutiérrez interpuso un recurso de reposición jerárquico, esto es, ante las mismas autoridades de Gobierno. "Esperamos que la ministra de Desarrollo Social responda afirmativamente a nuestra petición y revierta lo hecho en este caso. En ocho años hemos desarrollado una experiencia bien evaluada y la gente que atendemos no puede seguir siendo excluida", señaló.
Mientras tanto, Mireya sigue en la calle.