El sacerdote peruano Luis Felipe Zegarra Russo, muy conocido y respetado en comunidades educativas y religiosas de América Latina, falleció el 16 de enero último, en Lima.

Durante su vida, "Pipo Zegarra" se destacó por su aporte docente en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) y entre otros espacios. Esta universidad expresó su pesar por su fallecimiento, y lo destacó como un profesor dedicado y una persona admirable.

Felipe nació en Lima en 1938, estudió en Chile. Primero Filosofía (1956-58) en el seminario Pontificio de Santiago, y teología (1959-1961) en la Facultad de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Se doctoró en Teología Moral en la Academia Alfonsiana, de la Pontificia Universidad de Letrán, en Roma. En su quehacer teológico trabajó junto al sacerdote peruano, Gustavo Gutiérrez, padre de la Teología de la Liberación y con quien le ligó una gran y larga amistad. "En su teología de la liberación, Gutiérrez propone entender el término libertad en triple sentido: liberación de la injusticia y dominación; liberación como apropiación del propio destino, también en el ámbito psicológico; y liberación en acepción teológica de salvación como un don de Dios por su Espíritu, explicó Zegarra en una entrevista en el diario La República, en junio de 2023.

En la Iglesia peruana fue vicecanciller del arzobispo de Lima (1966-1967) y profesor de teología de la Escuela de Trabajo Social de la Pontificia Universidad Católica del Perú, incorporándose después a dicha Universidad como docente de Teología en 1967. Fue miembro de la Dirección de Estudios Generales Letras (1969-1973, 1975-1971, etc.), de su Comisión Reorganizadora (1972-1973) y su Director y posteriormente Decano (1974-1975); miembro de la dirección de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas (1969-1972), y Jefe del Departamento de Teología en ocho ocasiones (1978-1981, 1984-1986, 1986-1988, 1996-1998, 1998-2000, 2002-2005, 2005-2008 y 2017-2020).

Junto con su labor de párroco fue un gran y querido asesor de la Unión Nacional de Estudiantes Católicos (UNEC) de Lima y del Movimiento de Profesionales Católicos (MPC).

Consultado su amigo, el sacerdote Andrés Gallego, compañero en la docencia de la PUCP y en la asesoría de los movimientos UNEC y MPC, señaló que "lo esencial en Felipe era ser teólogo, porque él se dedicaba a ser cura, pastor y hablar de Dios. Y eso lo hacía de diferentes maneras. No era un teólogo de escritorio ya que siempre combinó su reflexión teológica con su trabajo pastoral".

Recordó que Pipo Zegarra era párroco en Carmen de la Legua, y desde "ahí aportaba teológicamente". Andrés añadió que "no tiene grandes libros, sí artículos y sobre todo, tiene una cantidad inmensa, impresionante, de charlas, y conversaciones de apoyo a congregaciones religiosas, a cursos de teología, a comunidades de base, a grupos cristianos. En ese sentido, Felipe ha sido un gran acompañante y un hombre preocupado, muy cercano a Gustavo desde los inicios de la teología".

Gallego destacó que "su manera de vivir era también su manera de creer, su manera de hablar. Muy comprometido también con los derechos humanos. Fue muy importante su apoyo en este sentido en el Instituto Bartolomé de las Casas, en el Taller de Derechos Humanos, muy preocupado también por el país y sobre todo un hombre que ha sabido ser amigo".

Entre sus libros editados por el CEP de Lima, se hallan "Los pobres de Yavhé", "El pobre y el otro" y "El asesor y la formación en comunidad". Además, en revista "Páginas" escribió sobre la paz, solidaridad, derechos humanos. Varios de ellos parten de la actualidad del Perú en los años de conflicto, y enfatiza los esfuerzos por aclarar la verdad de los hechos y rescatar la dignidad de las personas más humildes. En otros fundamenta la búsqueda de la paz en el Evangelio y en los testimonios de comunidades cristianas. Con una pluma profética denuncia las injusticias y toda forma de violencia contra los débiles.

Fue un seguidor del pontificado de Francisco y discípulo de su magisterio. En 2015, en la Revista Ideele escribió sobre la "Laudato si'" y dijo que el papa Francisco "toma posición basándose en la contundencia de la gran mayoría de la comunidad científica especializada y sobre todo en la calidad de sus argumentos. Al mismo tiempo percibe con agudeza la cada vez más evidente gravedad del problema climático, atiende las voces de los pueblos más afectados por él y pide atenderlas. Por otra parte, recurre insistentemente a la tradición bíblica y cristiana, y por ello su reflexión teológica y espiritual parte de grandes textos del Antiguo Testamento, sigue con el testimonio y mensaje de Jesús y atiende a un buen número de testigos de la larga historia de la fe".