Con un lenguaje claro y con una profunda autocrítica, el Presidente Gabriel Boric, asumió la derrota obtenida en las elecciones de este 7 de mayo, cuando la ciudadanía eligió a 50 integrantes del Consejo Constituyente para llevar adelante el proceso de renovación de la carta fundamental, luego del rechazo al proceso anterior que tenía a 17 representantes de pueblos originarios y que ahora se reduce a uno solo.

En su alocución nocturna, el jefe de Estado recordó ese proceso constitucional anterior, señalando que "fracasó entre otras cosas porque no supimos escucharnos entre los que pensamos distintos". Por eso, con gran responsabilidad política, a continuación, formuló un llamado a los ganadores de la elección de ayer: "Quiero invitar al Partido Republicano a no cometer el mismo error que cometimos nosotros". Así, hizo una alusión directa al sectarismo y radicalidad con que se dio ese proceso durante el año pasado.

Al cierre de esta edición no concluía completamente el proceso electoral pero ya se daban resultados casi definitivos.

Lo que sí estaba claro que esta elección facilitó una gran participación de la ciudadanía, alcanzando el 78 por ciento del padrón electoral.

La misma Conferencia Episcopal para marcar la importancia de este proceso, había señalado al concluir su última asamblea plenaria, en abril pasado, que "el próximo domingo 7 de mayo tendremos la oportunidad de dar un nuevo paso en el proceso constitucional que estamos viviendo como país, eligiendo consejeros constitucionales, quienes, junto a un grupo de expertos, han de presentar una nueva propuesta de Constitución Política de la Nación. Más allá de la obligatoriedad del voto, creemos que es una gran responsabilidad concurrir a emitir nuestro voto de manera informada para participar en un proceso tan relevante para nuestro país".

La alta votación (27%) alcanzada por la tienda política de extrema derecha, el Partido Republicano, le permitiría alcanzar 22 de los 51 escaños en disputa para el Consejo Constitucional. Esos 22 escaños son suficientes para bloquear cualquier cambio. 

El resultado elige a 50 consejeros (25 hombres y 25 mujeres) más un representante de los pueblos originarios.

El Partido Republicano que incluso en su campaña expresó que no quería cambiar la Constitución vigente, hecha por Pinochet, logró el 35,5% de los votos. Estos votos sumados al conglomerado de la derecha más democrática, Chile Seguro (21%), controlaría la redacción de la Constitución. Los partidos que apoyan a Boric, alcanzaron un 28,5%, y con ello no podrá ejercer un derecho a veto en las propuestas constitucionales.

Cabe indicar que la Democracias Cristiana, partido que nació al alero de las Acción Católica hace más de 65 años, y luego de haber gobernado después de la dictadura por más de 30 años, en estas elecciones alcanzó solo el 3,79 por ciento de los votos a nivel nacional.

El Partido Republicano de Chile es un partido político creado en 2019 que agrupa a sectores de la derecha más extrema en Chile. Su fundador es José Antonio Kast, ex militante de la UDI que se desempeñó como concejal y diputado entre 2002 y 2018, y ha sido candidato presidencial en las elecciones de noviembre de 2017 y en las elecciones de noviembre de 2021. El partido es descrito por los analistas como de extrema derecha, ultraconservador, populista, pinochetista y autoritario; y promueve postulados neoliberales, antifeministas, anticomunistas, nativistas y en consecuencia: antiinmigraciones y antiglobalización.

Pero esta realidad del crecimiento de los sectores conservadores en Chile no es nueva, más cuando en los últimos eventos electorales el crecimiento de la derecha ha sido creciente, sobre todo con la aplicación del voto obligatorio que permite que toda la ciudadanía se exprese. Asunto que, hasta septiembre del añoa pasado no ocurría, pues se realizaron elecciones con solo el 36 por ciento del posible electorado. 

Si de verdad se quiere aprender de los errores, todos los protagonistas deberán llegar a acuerdos mediante el diálogo. Por lo menos, eso es lo que demanda el país real y quizás sea tiempo de abrir una nueva etapa basada en la colaboración y un mejor entendimiento, no solo de las fuerzas progresistas del espectro político, sino que para todo el país.