Reflexión de la Comisión de Justicia y Paz del Episcopado chileno a la luz del proyecto del Papa “¿Son posibles los sueños del papa Francisco en el Chile de hoy?”
En esta reflexión, la Comisión Nacional de Justicia y Paz de la CECH se fundamenta en las enseñanzas y proyectos del papa Francisco, lo que es como un claro y explícito apoyo a su pontificado y magisterio en un contexto eclesial de duras adversidades
En su diagnóstico de Chile, la CNJP aborda temas como la democracia y la seguridad pública, la exclusión social, migraciones y la corrupción, la soledad y la colonización cultural, los ambientes polarizados y tóxicos
Al recordar el magisterio social del papa Francisco y sus cuatro sueños de la Amazonía, la CNJP asegura que “los chilenos y chilenas enfrentamos una oportunidad histórica para salir a construir un futuro diferente”
Al recordar el magisterio social del papa Francisco y sus cuatro sueños de la Amazonía, la CNJP asegura que “los chilenos y chilenas enfrentamos una oportunidad histórica para salir a construir un futuro diferente”
Una reflexión que anima a la esperanza por sobre los problemas duros y reales del país, sustentada en el proyecto eclesdial y ecológico del Papa Francisco, la Comisión Nacional de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal de Chile (CECH) emitió este mes de enero de 2024, un documento titulado “¿Son posibles los sueños del papa Francisco en el Chile de hoy?”.
De este modo la comisión que asesora y apoya a los obispos chilenos, ofrece una reflexión acerca de “cómo podríamos encarnar el sueño social, el sueño ecológico y el sueño cultural en nuestra realidad actual”. La Comisión dice que después de haberse conmemorado en 2023 los 50 años del golpe militar y el país haber sido sede de los Juegos Panamericanos en el 2023, afirma que hay una “experiencia multicultural tan auspiciosa” que “tenemos una gran oportunidad para salir a construir un futuro para Chile”.
“Tenemos una gran oportunidad para salir a construir un futuro para Chile, impulsados por los sueños de Querida Amazonia, con los caminos de diálogo enseñados por Fratelli Tutti y los desafíos de Laudate Deum”.
En esta reflexión, la Comisión Nacional de Justicia y Paz de la CECH se fundamenta en las enseñanzas y proyectos del papa Francisco, lo que se considera como un claro y explícito apoyo a su pontificado y magisterio en un contexto eclesial de duras adversidades.
En su diagnóstico de Chile, la CNJP aborda temas como la democracia y la seguridad pública, la exclusión social, migraciones y la corrupción, la soledad y la colonización cultural, los ambientes polarizados y tóxicos.
Así, afirma que “la democracia chilena se desconsolida por la polarización, la crisis de las instituciones y por aquellos que la instrumentalizan para su propio beneficio. Minorías violentistas que debilitan el orden público y ponen en jaque la seguridad de los ciudadanos. Surgen múltiples políticas identitarias excluyentes de los que no piensan igual a ellos y que privilegian sus propios beneficios e intereses, desconociendo el bien común y el ideal de la nación o patria”.
Advierte que “surgen minorías organizadas que excluyen y cancelan al que es diferente”, y “las personas nos sentimos solas en este mundo masificado que hace prevalecer los intereses individuales y debilita la dimensión comunitaria”!, además que se manipulan las opiniones de los ciudadanos, proliferan las amenazas populistas de distinto signo que se arropan con estas causas identitarias”.
“Estamos enfrentando nuevas formas de comunicación que alimentan ambientes polarizados y tóxicos que debilitan la confianza entre nosotros y en nuestras instituciones. Todos estamos envueltos en esto: ciudadanos, autoridades, medios emergentes y tradicionales. Tenemos el gran desafío de recuperar un espacio público veraz, plural y democrático”, sentencia el documento.
Este diagnóstico es coherente con otros realizados por diversas instituciones, incluso del Banco Mundial donde se identifica a Chile como uno de los países de más alta desigualdad. Incluso, un reciente reportaje de la Revista Universitaria de la Pontificia Universidad Católica de Chile, se afirma que "La desigualdad socioeconómica puede entenderse en relación con las diferencias en la vida social de las personas, las que implican ventajas para unos y desventajas para otros. Son percibidas como injustas en sus orígenes, moralmente ofensivas en sus consecuencias, o ambas. Esto no se expresa solo en términos de ingreso y riqueza, sino también en educación y salud; trato social y dignidad; seguridad económica y física, además de poder y capacidad de influencia sobre las decisiones públicas".
Sin embargo, al recordar el magisterio social del papa Francisco y sus cuatro sueños de la Amazonía, la CNJP asegura que “los chilenos y chilenas enfrentamos una oportunidad histórica para salir a construir un futuro diferente”.
El documento recuerda que el Papa pide “ a salir de nuestra zona de confort y abrazar el sueño social de la fraternidad” planteándose “la idea del ‘Otro’ para que seamos capaces de reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y de amistad social que no se quede en las palabras”.
Añade que dicha invitación implica “cultivar cuatro conductas que se nos proponen como tarea en la encíclica: Recuperar la amabilidad. No perder la capacidad de escucha. Estar dispuestos a encuentros reales. Creer que la esperanza es audaz”.
“Francisco nos invita a la ESPERANZA…” afirma la CNJP y al abogar por el reencuentro de chilenas y chilenos después de 50 años del quiebre por el golpe cívico militar de 1973, señala que “ha llegado la hora de construir una casa común, convertir nuestras vidas y nuestras familias en el arte del encuentro, construir un estilo de vida tendiente a conformar un poliedro que tiene múltiples colores y sensibilidades, pero todos formando una unidad con una diversidad de matices. El poliedro representa una sociedad chilena donde estas diferencias conviven complementándose, enriqueciéndose e iluminándose recíprocamente”.
Y concluye afirmando que “de nosotros depende el futuro si recuperamos para nuestra Patria la amabilidad, la capacidad de escuchar, dispuestos a encontrarnos con nuestros prójimos reales y dar razones de nuestra esperanza, mediante la unión de fe y vida”.
Leer el texto completo del documento aquí.