El Papa reclama una Iglesia que no ceda "a la tentación de la polarización" Francisco recordó el Concilio Vaticano II y pidió que la Iglesia vuelva "con unidad" a sus fuentes: los pobres y descartados
El Pontífice celebró una misa en la Basílica de San Pedro para conmemorar el 60 aniversario del inicio de uno de los hitos del diálogo ecuménico que definió el cristianismo moderno
En su homilía, el Papa llamó a volver a las fuentes, "a una Iglesia que sea libre y liberadora". "El Concilio indica a la Iglesia esta ruta: la hace volver, como Pedro en el Evangelio, a Galilea, a las fuentes del primer amor, para redescubrir en sus pobrezas la santidad de Dios"
"Hermanos, hermanas, volvamos a las límpidas fuentes de amor del Concilio. Reencontremos la pasión del Concilio y renovemos la pasión por el Concilio"
"Cuántas veces, después del Concilio, los cristianos se empeñaron por elegir una parte en la Iglesia, sin darse cuenta que estaban desgarrando el corazón de su Madre. Cuántas veces se prefirió ser “hinchas del propio grupo” más que servidores de todos, progresistas y conservadores antes que hermanos y hermanas, “de derecha” o “de izquierda” más que de Jesús"
"Hermanos, hermanas, volvamos a las límpidas fuentes de amor del Concilio. Reencontremos la pasión del Concilio y renovemos la pasión por el Concilio"
"Cuántas veces, después del Concilio, los cristianos se empeñaron por elegir una parte en la Iglesia, sin darse cuenta que estaban desgarrando el corazón de su Madre. Cuántas veces se prefirió ser “hinchas del propio grupo” más que servidores de todos, progresistas y conservadores antes que hermanos y hermanas, “de derecha” o “de izquierda” más que de Jesús"
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
Una Iglesia que no ceda "a la tentación de la polarización". Que escape de la autorreferencialidad, que sea liberadora y que se centre en los pobres y descartados. Una Iglesia que vuelva a las "fuentes del primer amor". Una Iglesia, en fin, que renueve la pasión del Concilio Vaticano II. Ese es el "identikit" que ofreció hoy Francisco al recordar los 60 años de la apertura, a cargo del Papa Juan XXIII, del Concilio Vaticano II, el histórico encuentro de cardenales, patriarcas y obispos católicos de todo el mundo que estuvieron reunidos hasta el 8 de diciembre de 1965.
En su homilía, el Papa llamó a volver a las fuentes, "a una Iglesia que sea libre y liberadora". "El Concilio indica a la Iglesia esta ruta: la hace volver, como Pedro en el Evangelio, a Galilea, a las fuentes del primer amor, para redescubrir en sus pobrezas la santidad de Dios", planteó Francisco.
El Concilio, "hoja de ruta" para el presente
Con una reivindicación del Concilio que opera al mismo como hoja de ruta para el presente, Francisco pidió atención para que evitar las disputas y conflictos: " ni el progresismo que se adapta al mundo, ni el tradicionalismo que añora un mundo pasado son pruebas de amor, sino de infidelidad. Son egoísmos pelagianos, que anteponen los propios gustos y los propios planes al amor que agrada a Dios, ese amor sencillo, humilde y fiel que Jesús pidió a Pedro".
"Hermanos, hermanas, volvamos a las límpidas fuentes de amor del Concilio. Reencontremos la pasión del Concilio y renovemos la pasión por el Concilio"
"Hermanos, hermanas, volvamos a las límpidas fuentes de amor del Concilio. Reencontremos la pasión del Concilio y renovemos la pasión por el Concilio", convocó Bergoglio.
"Hermanos, hermanas, volvamos al Concilio, que ha redescubierto el río vivo de la Tradición sin estancarse en las tradiciones; que ha reencontrado la fuente del amor no para quedarse en el monte, sino para que la Iglesia baje al valle y sea canal de misericordia para todos. Volvamos al Concilio para salir de nosotros mismos y superar la tentación de la autorreferencialidad", llamó luego el Papa.
Una Iglesia, en la que, "si es justo tener una atención particular, que sea para los predilectos de Dios, para los pobres y los descartados".
Cuántas veces, después del Concilio, los cristianos se empeñaron por elegir una parte en la Iglesia, sin darse cuenta que estaban desgarrando el corazón de su Madre. Cuántas veces se prefirió ser “hinchas del propio grupo” más que servidores de todos, progresistas y conservadores antes que hermanos y hermanas, “de derecha” o “de izquierda” más que de Jesús"
En una homilía con mucho mensaje para el futuro de la Iglesia, el Papa agregó otros peligros de la modernidad a la lista de ejes para retomar de las enseñanzas del Concilio.
Polarización y división
"No cedamos a la tentación de la polarización", enfatizó Francisco.
"Cuántas veces, después del Concilio, los cristianos se empeñaron por elegir una parte en la Iglesia, sin darse cuenta que estaban desgarrando el corazón de su Madre. Cuántas veces se prefirió ser “hinchas del propio grupo” más que servidores de todos, progresistas y conservadores antes que hermanos y hermanas, “de derecha” o “de izquierda” más que de Jesús", lanzó, en un llamado de atención a los sectores que buscan sembrar división en la Iglesia.
"El Señor no nos quiere así, nosotros somos sus ovejas, su rebaño, y sólo lo somos juntos, unidos", les dijo, antes de convocarlos a superar "las polarizaciones".
El Papa deseó así que la conmemoración de hoy "acreciente en nosotros el anhelo de unidad, el deseo de comprometernos por la plena comunión entre todos los creyentes en Cristo".
"Es hermoso que hoy, como durante el Concilio, estén con nosotros los representantes de otras comunidades cristianas", planteó en esa dirección.
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