La periodista italiana del diario Il Messaggero, Franca Giansoldati, presentó en Roma su obra "El alfabeto verde del papa Francisco", en la que, con un prólogo del propio pontífice, convoca a una "revolución dsde abajo" para digundir y poner en práctica un escrito que la autora considera "histórico".

"La encíclica pasará a la historia porque saca el tema abiental de la jaula ideológica que se había creado en los años sesenta. Francisco lo saca de ese lugar y lo pone en una relación de interdependencia, para decir que nadie se salva por separado, solo nos salvaremos juntos, a través de una solución completa e integral", planteó durante el acto en el extraordinario museo Maxxi de Roma. 

"Todos nos hacemos la pregunta de qué mundo dejaremos a nuestros hijos. Porque gran parte de los científicos están convencidos de un futuro triste si no cambian las cosas. Por ejemplo, yo quedé golpeada cuando vi que la propia ONU tuvo que cambiar sus estimaciones sobre víctimas de las inundaciones para los próximos años. Serán 300 millones de personas en distintos países, tres cuartos de Europa", lamentó la autora. 

"No hace falta ir lejos, a Siberia o países del sudeste asiático para certificar que el cambio cilmático ya está ocurriendo. En mi pequeño pueblo en las montañas del centro de Italia, ya se ven los cambios en las vegetaciones, en los animales. Y por eso quise hacer la encíclica más comprensible, trabajando sobre las palabras clave, esas que luego aparecen como las más buscadas", agregó.

Junto a Giansoldati estuvo el presidente del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización, Rino Fisichella, que destacó la elección de algunas de las palabras propuestas por Giansoldati, como Amazonía. "Laudato si' no habla del ambiente, sino es una encíclica social, porque convoca a una conversión ideológica, consciente de los errores del pasado", animó.

También Giovanna Melandri, Presidenta de la fundación MAXXI, Ermete Realacci, director de la ONG Legambiente, y Daniel Lumera, Director de la My Life Design Foundation, coincidieron en destacar el trabajo de Giansoldati y animar, cada uno desde su óptica, en la necesidad de una conversión general como único camino, en la línea de lo propuesto por el libro.