“A corazón abierto, a solas con Cristo”

En alguna ocasión hicimos reflexión y lectura creyente al hilo del ser profesional de mi amigo Jesús Salas Martínez. Recordamos cuando se sometió a una intervención de estómago de las que él era especialista y que en ese momento necesitó ponerse en manos de sus propios compañeros para pasar de cirujano a paciente, confiando en su profesionalidad y sabiendo de su buen hacer. Hoy, de nuevo está siendo intervenido, pero por otros compañeros, ahora mismo se encuentra en el quirófano viviendo esta operación a corazón abierto. La intervención es de cierta seriedad, como el mismo confesaba, hablándonos en el último encuentro de profesionales cristianos en Madrid para la comisión de principio de curso, contando el tanto por ciento de mortalidad que se daba en este tipo de intervenciones. Nos llamaba la atención la serenidad con la que daba cuenta de la situación, lo hacía con el saber del cirujano que es y con la inquietud del que se está preparando para ser paciente, pero confiado y esperanzado.

Ayer nos hacía llegar un mensaje muy sencillo en el que expresaba su sentir humano y cristiano, profesional y peregrino. En lo que nos decía manifestaba la mirada compasiva de su historia mostrando cómo su corazón, su carácter, personalidad, se ha ido configurando graciosamente por todos los que le han rodeado en la vida, acogiéndole, protegiéndole, promoviéndole e integrándole en el vivir y sentir comunitario de la existencia. En el fondo en todo lo que le ha dado un sentir amoroso, valioso de su ser y su existir, cómo se ha sentido querido y aceptado. Ahí está el verdadero latir de un corazón que se ha hecho a pasos y a trozos de lo humano, de lo luchado y lo conseguido, de lo sufrido y perdido, de lo justo y lo digno deseado y comprometido.

Así nos decía:

“Comienzo mi día de una nueva vida, un día que va a marcar mi devenir futuro, vendrá una compañera ahora para comprobar mi rasuración, otra que asegura mi inmersión en el Jordán para darme un baño de antiséptico y asegurar que voy digno para entrar en mi nueva existencia. Recuerdo brevemente mi andadura en estos 64 años y reconozco y agradezco a todas las personas que han forjado mi carácter, mi yo, mi ser humano, cristiano y profesional, mis padres, mis hermanos, mis compañeros en los maristas, mis padres, compañeros profesionales y hermanos en la fe, en mi grupo de profesionales a todos y cada uno daros las gracias por haber forjado mi ser como persona.

Mención de especial merece Trini, Adela Luis, Benito y Luisito.... Me quieren y me sostienen en los momentos malos. Y mis amigos sacerdotes pasados como Ricardo o Pedro, y presentes como Pepe, Paco o Pelli... Os agradezco a todos, el bien que me habéis hecho.

Puede que me ahogue en el Jordán o puede que salga renovado... Pero seguro que será la voluntad del padre en la que me pongo fielmente.

Un beso muy fuerte para todos. “

(Jesús Salas Martínez)

Su proyecto de vida

En el quehacer de profesionales cristianos nos ayuda bastante la herramienta que llamamos proyecto de vida y acción compartido en los grupos. Llevamos muchos años buscando ir modelando nuestra existencia personal y profesional a la luz de evangelio en el contexto de la comunidad, desde la debilidad cuidamos aspectos fundamentales de quehacer profesional, personal, comunitario y ciudadano. En los últimos años hemos estado incidiendo en los que se refiere a la ecología integral y ahora llevamos unos años adentrándonos en el misterio de la vulnerabilidad y los cuidados. Jesús Salas está metido en la siembra y la labor de estos menesteres, ha estado a tope coordinando y animando cuestiones de salud primero en el hospital regional como después en la gestión de la epidemia sufrida, ahí sabemos de su empeño por hacer el mayor bien al mayor número, dando tiempo  y vida, metiéndose y comprometiéndose en la gestión de lo público, sin ningún interés partidista ni personal, sabiendo que una de las formas más excelentes de ejercer la caridad es la caridad política en los servicios comunitarios y públicos. Ahí hemos compartido muchas historias de vida y tensión con él, nos ha enriquecido mucho a todos y nos ha mostrado un modo de compromiso y entrega ejemplar en el vivir cristiano.

Nombra Jesús a su familia más directa como fuente de vida y amor para vivir y seguir adelante. Es otro elemento de vida que lo tiene bastante trabajado, somos testigos de cómo puede ser para Trini: el conductor, el fotógrafo, el marido en casa, el compañero en la Amazonía, el tutor de las nuevas tecnologías, el compañero más fiel y delicado que desea que sea feliz y comparte sueños y tareas haciéndolas propias. La estabilidad y confianza que ofrece a sus hijos es otro de sus procesos de referencia, cómo goza con los pasos y los modos de avanzar tan diferentes de Adela y Benito, así como de Luis, esposo de Adela. Y lo que más el ha ensanchado el corazón, una de las razones más fuertes para confiar y esperanzarse en esta intervención, es el gran “Luisito”, ser abuelo está siendo el objetivo más fuerte y más conseguido en estos últimos años. No puede permitirse estar flojo, porque el nieto exige fuerza y dinamismo, le levanta el ánimo y se lo gasta. Por eso hay que ir a por todas.

La profesión no es un quehacer es una vocación y una llamada. La identidad lograda entre ser y hacer en su profesión médica y con el servicio público y comunitario de la sanidad en Extremadura es el modo más excelente de vivir el bien interno de su profesión, lo que nosotros consideramos en nuestros ideales lo más importarte de la misión y el trabajo humano. Tu profesión existe porque los otros la necesitan, especialmente los más sencillos y necesitados. Su modo de ser y entender en equipo y en comunión su misión siempre nos ilumina. Puede tener fallos pero tiene claro el horizonte de lo que busca, no está en el ego sino en el nosotros que se va forjando y animando. Saber promover a otros para que sean los que continúen la tarea y avancen más allá de nosotros mismos.

Y de fondo la fe, el evangelio, el maestro Jesús de Nazaret. Desde una fe familiar, de tradición y alimentada en los Maristas, acompañando a Trini, desde la pastoral universitaria nos hemos encontrado en la animación de la JEC –juventud estudiante católica- y desde profesionales cristianos. Una iniciación en ambos lugares hecha a base de servicios gratuitos ejerciendo y respondiendo a las necesidades más primarias y básicas, cocinas, viajes, compras, y aportaciones de tiempo, de vida, de dinero… una inciación que ha pasado por el corazón, la mente, el bolsillo y la acción permanente  y fiel de lo ocutlo y lo callado que hace posible la comunidad y la iglesia en tantos sitio y a tantas horas, donde no se le ve ni se le espera. Has leído, estudiado, rezado, nada te es ajeno: comisiones, misión amazónica, Losar de la Vera, Taizé, Gévora, Madrid, Roma, Puyo, la Casa de la Asunción en los Olivos….  Y todo por ese seguimiento de Jesús de Nazaret y esa Iglesia en la que amamos, gozamos y sufrimos.

Y ahora…

Puesto en las manos de estos compañeros profesionales, sintiendo que vas en la confianza del Padre, abierto y confesando que lo que te da paz es la oración sencilla de “Nada te turbe, nada te espante, quien a Dios tiene nada le falta…”

Así oramos todos hoy contigo. Te imaginamos mano a mano a con el Padre, el Hijo y el Espíritu, aprovechando el momento de parada en el que has entrado en el quirófano, con muchos asuntos que tratar y despachar, todos los que nombras en tu oración:

Familia y cuidados, los mayores, la esposa, los hijos, la Sanidad pública con compañeros y pacientes, los profesionales cristianos y sus caminos de acción y ahora de “cuidados”, y el presente y el futuro de Luisete… que no es cualquier cosa. Vamos que el silencio de la intervención no vas a estar quieto y que el Padre te va a abrazar bien fuerte, para que vuelvas a nosotros con más brío y con la misma fidelidad de siempre, también con el mismo humor y cabezonería.

Hoy está siendo un día nuevo, de comienzo, Dios mediante para ti, y nosotros lo estamos viviendo contigo. Al verte sumergido en el Jordán, para lo que te has ungido con un sacramento de enfermos humildemente como criatura vulnerable y confiada, pedimos a Dios que te bendiga en este momento, porque te queremos y deseamos seguir contigo haciendo proyectos de vida y de acción, que nos queda muchos por amar, vivir y gozar. Hay tanto que transformar y tanto que servir. Eres un pequeño tesoro del Reino y queremos seguir teniéndote con nosotros, al Señor creemos que también le interesa, tiempo tenemos de estar toda la vida eterna juntos con El.

Compartimos una reflexión suya en el quehacer profesional en tiempos de pandemia:Experiencia de gestión en la Pandemia