Asamblea General del Movimiento Rural Cristiano Laicos, evangelizadores en el mundo rural
52 Asamblea general del Movimiento Rural Cristiano de A.C. Una experiencia de Iglesia en el mundo rural que reflexiona a la luz de las propuestas del Papa Francisco: "Primerear, involucrarse, acompañar, fructificar y festejar". La líneas del congreso de laicos hechas concreción en el mundo rural.
| José Moreno Losada
“Laicos cristianos, sal y levadura en el medio rural”
LII ASAMBLEA GENERAL DEL MOVIMIENTO RURAL CRISTIANO Laicos cristianos en acción
Evangelizar, a la luz de Francisco, en el mundo rural
Con el lema “Laicos Cristianos, evangelizadores del mundo rural en claves del Papa Francisco”, les he podido acompañar, desde mi ser sacerdote diocesano y consiliario de Profesionales Cristianos de A.C. He querido servirles en aquello que me pidieron. Con ellos hemos analizado los cambios que la sociedad está viviendo en este cambio de época que presenta unos retos nuevos y radicales en el mundo de hoy tanto a nivel económico, social, cultural, político, tecnológico, religioso, que afectan a la situación de lo humano y también a la realidad de lo rural. En este contexto han mirado cuáles son los sufrimientos del mundo de hoy, cómo se reflejan en los pueblos, y cómo están afectando al ser cristiano, a los laicos y a la realidad del movimiento rural cristiano. Qué gusto oír y contemplar análisis desde lo vivido y sentido cada día en su propia realidad.
En sintonía con las claves de una iglesia misionera y “en salida”
Las claves del Papa Francisco, hechas verbos, “primerear, involucrarse, acompañar, fructificar y festejar”, a la luz de los escritos referente, especialmente “Evangelium gaudium”, “Laudato si” y “Aepiscopale communio”, junto a la “Querida amazonia”, han sido desmenuzadas y concretadas por estos cristianos de a pie y de calle, que permanecen en este movimiento. Ahí descubren el tesoro del evangelio del pueblo que tienen experimentado, el gozo de sus procesos y de las personas que son. Están convencidos de las riquezas de lo rural, que tanto pueden sanar al mundo de hoy y servir de referente para la Iglesia y su modo de ser y de hacer. El mundo puede recibir mucho bien del mundo rural y la Iglesia habrá de saber ruralizarse, hacerse pequeña, en las aldeas, para volver al espíritu primero y original. Pero para eso habrán de acoger esa realidad y los que forman parte de ella anunciarla y defenderla, luchar por su presente y su futuro. Yo contemplaba como sus vidas sus procesos, su confesión de fe hacían que me sintiera rodeado de personas calladas y profundas que son verdaderos santos de la puerta de al lado, de sus pueblos ocultos y pobres.
Comprometidos con su realidad rural
Como movimiento sienten la necesidad de ser miembros activos y comprometidos en lo que se refiere al despertar de la sociedad en torno a los pueblos y el mundo rural. Hoy como nunca se necesita la relación de comunión entre los pueblos, para cuidarse y ser riqueza y apoyo de una sociedad nueva llena de humanidad, cuidado, cercanía y sentido comunitario del vivir lo humano y en el encuentro con la naturaleza. Quieren aportar esa sabiduría que les viene de ese Jesús tan humano y tan rural, a veces olvidada, de que se puede ser feliz con poco, que no es el éxito lo que nos hace fecundo, y que nuestro horizonte no es el poder sobre los otros, sino la capacidad de construir comunidad y servicio mutuo para caminar hacia un sentido de la vida más pleno y compartido. Sienten la alegría de estar en sintonía con lo que la Iglesia está queriendo vivir en estos momentos, impulsados por la pastoral del papa Francisco, y con los sueños y expectativas que se han marcado en el reciente congreso de laicos en el que han querido participar muy activamente, y en el que les hubiera gustado que hubiera tenido más presencia la realidad rural de nuestra sociedad y de nuestra iglesia. Es curioso, me llamaba la atención, como son apóstoles de cuerpo entero, que el cansancio y la pequeñez de su realidad, no les quita el sueño de lo que creen y esperan, y todo porque quieren llevar vida.El tesoro de lo rural: lo que necesitamos
Voz y nudo en la red de la España vaciada
Este movimiento desea estar vinculado con el movimiento de la España vaciada, ser nexo de unión y de vínculos auténticos, a la vez que desean ser en la Iglesia levadura y luz para que realmente los cristianos de todos los pueblos ,de mundo rural, tomen conciencia de la necesidad de valorar, cuidar y defender las riquezas y valores que son propios del mundo rural y hacer una iglesia viva y comprometida en cada pequeño pueblo, sabiendo que la comunidad es la base de la iglesia, que basta que dos o tres se reúnan en nombre de Jesús con profundidad para que el Espíritu actúe y se haga fuerte en la debilidad, aunque el clero sea escaso y sólo acuda circunstancialmente, ellos son iglesia. No quieren que al guiso de los pueblos les falte su sal, no quieren ser sosos.
Quieren ser pueblo de Dios con las claves de una Iglesia misionera, en salida.
El reto está en ir viviendo en el seno de la iglesia y en el corazón del mundo la realidad significativa del evangelio que no va por la riqueza, el éxito, ni el poder, sino por la autenticidad que se hace fuerte en la debilidad y que confunde a los fuertes con un saber vivir que va más allá del puro progresar, consumir, rapidarse, crece. Desean mostrar y primerear la senda que va por el camino de sentir, compartir, acompañarse, fructificar, gozar, celebrar y construir lo comunitario desde el amor de lo sencillo y real. Por ello salen de la asamblea con el deseo ser ellos mismos, más auténticos, renovados en el ardor como los discípulos de Emaús, de vivir en fidelidad al evangelio y a su realidad rural, para comprometerse a favor de la vida, la justicia, la paz, con la fuerza y el poder de Jesús de Nazaret, que supo vivir en la identidad profunda de su ser pueblo sin olvidarlo nunca. A mí me han encendido el corazón, he vuelto con muchas ganas de ser yo más auténtico en la parcela que me toca.
Celebrar y festejar con vida y esperanza
Las oraciones y la celebración de la eucaristía han vuelto a poner en el centro el fundamento de este movimiento que es Cristo y han traído al altar vida, casa, trabajo, calle, pueblo, dolor, esperanza, y deseo de ser luz y sal para todos. No faltó la fiesta, la risa, el buen vino y el queso exquisito, el teatro, el baile, el juego…lo mejor y singular de cada tierra y de cada pueblo, que no están muertos, sino vivos y que ahora es el momento de aprender de ellos y reconocer su importancia para la sociedad y para la Iglesia española. Los militantes del movimiento rural son razón para que la iglesia siga creyendo, soñando y esperando, ahora es tiempo de salvación y ellos son profetas que lo gritan, desde su resistencia e ilusión. Lo que hubiera dado yo porque nuestros obispos y los sacerdotes pudieran haber compartido esta experiencia, para ver en concreto la praxis de todo lo que hemos traído entre manos en el reciente congreso, en estos sencillos apóstoles, estas mujeres y hombres de pueblo.Una canción de fiesta y alegría
José Moreno Losada.