Amazonía y comunión, para el júbilo Sinodalidad y naturaleza: El obispo y la mujer universitaria
Hablamos de sinodalidad y de signos de resurrecciónen tiempo de Pascua. Dónde se nos hace presente el resucitado, la verdad del credo cristiano. Hoy traigo a vuestra consideración un hecho de vida -de un proceso que no un puro suceso, aunque comenzara así-. Trinidad Ruíz Téllez, investigadora y docente de botánica en la universidad de Extremadura, recientemente se ha jubilado de esta tarea y al hacer lectura creyente de su profesión ha subrayado distintos hechos que han marcado su vivir y ser profesional y creyente, su conexión vida y fe. Uno de ellos es su relación con la amazonia y también con la Iglesia de allí. Por otra parte el obispo de Puyo se ha hecho presente en su lectura con una oración desde dicho encuentro. Yo creo que este diálogo es del espíritu del resucitado y lo traigo para vuestra contemplación. A mí meha hecho decir de alguna manera: "Señor mío y Dios mío". Y me siento parte de él.
| José Moreno Losada
Los dos escritos testimoniales que os sirvo para la contemplación pascual: uno de Trinidad, entresacado de su relato vital de profesional universitaria. El otro del Rafael, obispo de Puyo que se hizo presente de este modo en la celebración jubilosa de esta lectura creyente de vida.
Ecología integral (Trinidad Ruíz Téllez, investigadora y docente)
El regreso a la Facultad después de todo lo anterior fue durísimo. Estábamos en plena crisis financiera en España, en la Universidad los presupuestos se habían reducido a mínimos, los Grupos de Investigación se desmantelaban sin solución, y mi situación laboral estaba avocada a reinventarse. Así traté de hacerlo durante varios años, con distintas pruebas de ensayo y error, que no acaban de cuajar o traducirse en un mínimo éxito.
“En una comida de la Asamblea de fin de curso de Profesionales Cristianos, en el Convento de Santa Eulalia (Portugal), Pepe Moreno, nuestro consiliario, que es además profesor en la Facultad de Educación, comentaba con algunos de los asistentes, compañeros de un Grupo de Innovación Docente sobre Ética del Profesorado Universitario, que le habían invitado a dar un Curso presencial en la Pontificia Universidad Católica de Ecuador, y que quería que le acompañara alguien, pero los más adecuados para hacerlo, por la temática del Curso no podían materialmente desplazarse a Quito 1 semana en Septiembre porque tenían hijos muy pequeños, bebés, etc, y no era procedente. Mi marido me animó para que fuese yo quien acompañase al cura (¡otra vez las Alas!) con tal resolución, que no se si salimos de allí con los pasajes prácticamente encargados. Un incidente-accidente de tipo médico, nos obligó a permanecer allí mucho más tiempo de lo previsto, pero no en Quito capital, sino en el corazón de la Amazonía, a donde yo me había empeñado en llevar a Pepe para explorar unas posibilidades de realización de proyectos, en esa faceta de Reinventarme en la que os he contado que me hallaba. El resto, fue todo Providencial. Una larga historia de encuentro con personas de la Biología, el Medio Ambiente y la Iglesia, mezcladas bajo el amparo -sin saberlo- de la Laudato Si, que acababa de ser publicada por el Papa Francisco unos meses antes. Porque todo esto ocurrió en 2015”.
En mi última etapa profesional, me he dedicado a la Etnobotánica, los usos de las plantas, con especial atención a proyectos desarrollados en la amazonía ecuatoriana, provincia de Pastaza, con etnias indígenas kichwa poco contactadas en el río Bobonaza. Todo esto realizado en el marco de un convenio de colaboración de mi universidad con la Universidad Estatal Amazónica. Ha sido para mí una fortuna haber tenido la oportunidad de disfrutar del conocimiento personal y científico-técnico de todos los saberes que están depositados en las culturas ancestrales. Mi esposo, una vez más, me ha dado alas para poder llevar a cabo esta iniciativa, pues cada año me acompañaba durante semanas a estancias que realizábamos para seguimiento y ejecución de los trabajos. Nunca le estaré suficientemente agradecida.
Hemos vivido unos años de intercambio de estudiantes, de visitas docentes, de acogimiento familiar, de construcción de amistad y amistades en la ciudad de Puyo y en aquel país, que merecen la pena rememorar, por las múltiples ocasiones que nos han permitido el disfrute de la contemplación y estudio de la naturaleza y del enriquecimiento mutuo desde la cooperación al desarrollo. Y como valor añadido, desde el punto de vista de rentabilidad académica en los parámetros que la sociedad universitara actualmente demanda, han sido años muy productivos y beneficiosos respecto a las publicaciones y méritos científico-técnicos
Como dice el Papa Francisco en su oración de LS, “tómanos a nosotros con tu poder y tu luz, para proteger toda vida, para preparar un futuro mejor, para que venga tu Reino de justicia, de paz, de amor y de hermosura”.
Trini, Mujer apasionada por la Naturaleza (Rafael Cob, obispo de Puyo)
Hoy deseo como obispo de la amazonia agradecer a Dios por la vida y el trabajo de Trinidad Ruíz que tanta pasión ha mostrado por la vida de esta creación que Dios nos dejó. Te conocí en esta nuestra amada Amazonia, un día que llegaste a nuestra misión de Puyo con el amigo Pepe Moreno, otro apasionado como tú por ser luz en este mundo que tanto necesita de gente como vosotros, apóstoles en la formación de la juventud universitaria. Ciertamente la empatía nace de corazones que sintonizan en su latir, con el mismo ritmo y sentimiento, desde ese encuentro fortuito y providencial comienza en vosotros un nuevo anhelo por conocer nuestro quehacer evangelizador de nuestra Iglesia y una amistad que persevera en el tiempo.
Ciertamente que la exuberante vida de la Amazonia atrae y cautiva a primera vista al que llega a este lugar, pero en tu corazón y en tus palabras se nota enseguida tu generosidad y tu ansia de ir más allá de lo que los ojos ven. Preguntas y quieres saber, como mente investigadora, lo que en esta selva podemos encontrar, pero sobre todo dejas ver que en tu alma llevas una pasión por la naturaleza y en tu corazón un amor solidario y samaritano.
Tus conocimientos y sabiduría sobre la materia que has dado a tus alumnos durante tanto tiempo en tu catedra universitaria, se desbordan en la contemplación de la vida que hay a nuestro alrededor y en la vida que hay que vivir desde ese compromiso cristiano para construir un Reino de paz y justicia en este nuestro mundo tan fraccionado, enfrentado y sediento de esa agua viva que Jesús anunciaría a la samaritana junto al pozo de Sicar.
Cuando llega el momento en que los años pasan y la vida sigue, me acuerdo de las palabras de Mons. Proaño, el obispo de los indios en nuestra sierra ecuatoriana que decía: “nosotros marchamos, pero en el camino, allá, quedan los árboles que nosotros plantamos”. Creo que en tu vida también has plantado muchos árboles, especialmente con tu vida y tus palabras, tu testimonio que como hojas que visten a los árboles y les dan la belleza del color y la forma, esas hojas que tu tantas veces contemplaste, clasificaste e investigaste para conocer las riquezas que encierran del poder creador de Dios y su sabiduría divina.
Toda esa flora que nos enseña que no podemos ser meros turistas que retratan la naturaleza, pero no saben vivirla y experimentar más allá de las apariencias, su caricia y lo que encierra, su olor, su color y su tacto, cada uno de los sentidos humanos, toda una lección para aprender desde la experiencia y la investigación que tú has hecho y has enseñado hacer. La Defensa de esa belleza natural debemos cuidarla y protegerla.
Hoy agradecemos a Dios por tanta belleza que nos ha dado y que tú has podido experimentar en nuestra Amazonia, sabiduría que en tus años de docencia has compartido con tantos. No hay duda de que seguimos soñando con esa vida siempre nueva, pues siempre en la vida es aprendizaje de cosas nuevas. Con el Papa Francisco también decimos: “Sueño con una Amazonia que custodie celosamente la abrumadora hermosura natural que la engalana, la vida desbordante que llena sus ríos y sus selvas” .QA 7
Damos gracias a Dios por tu vida ejemplar y pedimos que te siga manteniendo en ti ese fuego que no se apaga , ese aire que purifica y nos hace respirar profundamente en las ondas del misterio, esa agua que fecunda y alimenta nuestra vida y la vida de esta tierra , que sigas siendo esa tierra generosa que da frutos abundantes , bendición divina que protege y que siempre es esperanza y confianza , que es paz y es amor , seas esa amiga ,madre y ahora abuela para contar de generación en generación lo que Dios ha hecho contigo, ser regalo de Dios para el mundo.
Trini un gracias de corazón, que su eco perdura a lo largo y ancho de este cosmos en que vivimos, un gracias que se une a la alabanza del Creador de ese Laudato Si ,que S. Francisco pronunciara y nosotros repetimos, que nos recuerda que todo está interconectado y la armonía nos une a toda la creación ,vamos juntos hacia aguas más profundas guiados por el mismo Espíritu.
Rafael Cob (Obispo de Puyo en la Amazonia Ecuatoriana)