Sacerdote chileno Mariano Puga es un ícono del compromiso con los pobres Comunidades populares de Santiago recuerdan a cura obrero

Diversas actividades litúrgicas y culturales se han progtramado para traer a la memoria a este religioso que marcó la Iglesia chilena.
Como sacerdote optó por una vida de pobreza radical, compartiendo el pan y la lucha con los pobres de las periferias de Santiago. En plena dictadura, su voz se alzó contra la represión y la injusticia, convirtiéndolo en una figura incómoda para el poder.
| Aníbal Pastor N. Corresponsal en Chile.
Este 15 y 16 de marzo se conmemorará el quinto aniversario de la pascua de Mariano Puga, cura obrero chileno cuya vida estuvo marcada por su compromiso con los pobres, la defensa de los derechos humanos y su profundo amor por la Iglesia. A cinco años de su partida, las comunidades con las que trabajó, recuerdan su testimonio que ha sido hasta hoy, un faro de inspiración para quienes sueñan con una Iglesia profética, encarnada en las luchas y esperanzas de los excluidos.
Para este efecto, en la población La legua, un conjunto habitacional popular en Santiago, se realizará el 14, 15 y 16 de marzo, actividades litúrgicas y culturales en la parroquia San Cayetano. El domingo, en el Parque por la Paz “Villa Grimaldi”, lugar que fue usado por la dictadura como centro de detención y ejecución. Se realizará una jornada de reflexión sobre los derechos humanos.
Un Cura del Pueblo y para el Pueblo

Mariano Puga nació en una familia aristocrática, pero su vocación lo llevó a renunciar a los privilegios para vivir y servir entre pobladores y trabajadores. Era frecuente encontrarlo arriba de andamios pintando edificios en el centro de Santiago para ganarse la vida y compartir con otros obreros.
Fue ordenado sacerdote en 1959, y optó por una vida de pobreza radical, compartiendo el pan y la lucha con los pobres de las periferias de Santiago. En plena dictadura, su voz se alzó contra la represión y la injusticia, convirtiéndolo en una figura incómoda para el poder, pero imprescindible para los perseguidos y olvidados.

Su ministerio se desarrolló en comunidades como La Legua, donde su testimonio de vida simple y comprometida marcó a generaciones. Puga animaba a las comunidades con ritmos de su acordeón, y predicaba el Evangelio con una perspectiva liberadora. En sus celebraciones litúrgicas toda su feligresía participaba activamente con la Biblia en mano, para leer, subrayar y apropiarse de la Palabra de Dios. La población Villa Francia de la capital, y Chiloé en el sur del país, entre otros lugares, también conocieron su testimonio.
En la dictadura cívico-militar de Chile (1973-1990), Mariano Puga denunció las violaciones a los derechos humanos, siendo él mismo varias veces detenido. Junto a otros agentes de pastoral, consagrados y laicos, participó en el Movimiento contra la tortura “Sebastián Acevedo”.