Camerún como ejemplo de desplazados y perseguidos desconocidos
En el año 2014 fueron 59,5 millones las personas desplazadas de su lugar de origen a causa de persecuciones, conflictos y discriminaciones.
Son casos que también deben ser conocidos. Casos que, aunque no hayan llegado a nuestras fronteras europeas, también interpelan nuestra solidaridad para apoyarles y nuestro compromiso para buscar soluciones.
Déjame compartir una información sobre la situación en Camerún.
Según Mons. Bruno Ateba, Obispo de la Diócesis camerunesa de Maroua-Mokolo, celebran las misas con una cadena humana alrededor de la asamblea de creyentes, para someter a quien quiera participar en la Misa a estrictos controles de seguridad.
Camerún se encuentra ubicado entre los peores escenarios de crisis de África: entre Nigeria y la República Centroafricana.
Según afirma el Obispo, actualmente, más de cien mil personas huyen en Camerún de los conflictos. 52.600 personas se han refugiado en el campo de refugiados de la ONU en Minawao (a 40 kilómetros de Marauo). Además, más de 50.000 cameruneses viven desplazados en el propio país por miedo a Boko Haram.
El Obispo camerunés ha retirado a los misioneros extranjeros de la zona fronteriza, porque según dice, “La vida allí es demasiado peligrosa para personas de piel blanca”.
El Obispo agradece que la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada apoyara, en 2014, la labor pastoral en Camerún con más de 1,13 millones de euros.
Mons. Ateba de Maroua-Mokolos también pide soluciones. Para ello apela a la comunidad internacional: “Ayúdennos a encontrar la paz. La comunidad internacional dispone de los recursos necesarios para poner fin al terror de Boko Haram”.
¿Está dispuesta esa comunidad internacional y sus gobernantes a hacer frente al terror en los lugares de origen e ir a las causas de los conflictos? Es lo que como creyentes y como ciudadanos responsables debemos exigir a nuestros gobernantes.