Luces y sombras en torno al hambre en el mundo

815 millones de personas pasan hambre en el mundo. Son datos rigurosos, procedentes de la organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura (FAO).

Las causas tienen mucho que ver con guerras, sequías, inundaciones y otros impactos climáticos.

La mala noticia es que esa cifra en lugar de disminuir ha aumentado en el último año.

La buena noticia es que hay soluciones.

➢ Ya en 2015 los 193 países miembros de Naciones Unidas plasmaron esas soluciones en los objetivos de desarrollo sostenible. Unos objetivos para un mundo sin pobreza y hambre, que combata las desigualdades dentro y entre los países, y acabe con las enfermedades y la violencia.

➢ El planeta tiene recursos sobrados para alimentar a toda la humanidad.

La mayor dificultad para acabar con el hambre, con todas las hambres del mundo, es creer que no se puede lograr, dijeron las mujeres que declararon la guerra al hambre al crear la ONG de la Iglesia Manos Unidas.

¿Por qué, pues, no se acaba con el hambre?

Acabar con el hambre es una cuestión de voluntad política. Precisamente por eso el Papa Francisco presiona a los líderes del mundo para que dejen de lado los intereses sectoriales y busquen juntos el bien común de la humanidad.

¡No es de justicia que haya gente que pase hambre! Y si eso es así el hambre de esos 815 millones de personas nos debería interpelar y movilizar. Para reclamar y aportar solidaridad y justicia. ¡Las dos!
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