Todo delito contra una mujer o un niño causa daños a la delicada estructura de la sociedad que van más allá del hecho en sí.
Lo dice Mons. Stephen Brislin, Arzobispo de Ciudad del Cabo y presidente de la Southern Africa Catholic Bishops’ Conference, en una mensaje de condena de la violencia contra las mujeres y los menores de edad.
Como prueba de lo que dice hace referencia a un estudio según el cual, en Sudáfrica, uno de cada cinco niños sufre abusos sexuales y el 75% de los niños sufre acoso escolar.
El precio humano y social es enorme, explica Mons. Brieslin. Porque mientras que algunos de los autores de la violencia son detenidos y procesados, las víctimas se ven sometidas a más dificultades durante el proceso”.
La violencia en la familia, en las escuelas y en la sociedad se ve agravada por el abuso generalizado del alcohol y de las drogas.
La solución no puede ser la represión policial y la cárcel, comenta el Arzobispo. “Tenemos que incidir en el proceso de socialización de los jóvenes, si queremos reducir la violencia”.
En lugar de invertir grandes cantidades de dinero en el sistema de justicia criminal y en los establecimientos penitenciarios, se deberían aumentar los fondos para los programas de apoyo a los padres. Necesitamos intervenciones para luchar contra la banalización de la violencia en el hogar, en la escuela, en la iglesia y en nuestra comunidad”, concluye Mons. Brislin.