Una educación transformadora de la realidad
En el proceso para dar forma a una nueva sociedad que actúa responsablemente los ciudadanos tenemos mucho que decir. Y la educación es la palanca impulsora fundamental e imprescindible para hacerlo.
¿Qué implica ser y actuar responsablemente y cómo hacer de la educación un catalizador de la misma que contribuye eficazmente a transformar la realidad?:
➢ Reforzar los valores asociados al enfoque de ciudadano responsable como una forma de ayudar a construir un mundo más justo, sostenible y solidario.
➢ Contribuir a crear una ciudadanía que entiende lo que es el bien común, lo acepta, lo hace suyo y se siente comprometido con el mismo.
➢ Fortalecer la implicación de los consumidores en una compra responsable y ética, demandando el compromiso con la calidad de los productos, el control del impacto medioambiental de la actividad, el apoyo para lograr una mayor cohesión social, el hábito de cumplir los contratos, la fiabilidad de las instituciones, la transparencia y la sostenibilidad.
➢ Crear una cultura organizacional, que se arrastra desde la escuela, que hable tanto de derechos como de deberes. Y que vele por su cumplimiento.
➢ Colaborar con las distintas Administraciones, las empresas y las Organizaciones de la Sociedad Civil para tender puentes de colaboración que ayuden a afrontar los retos sociales y medioambientales que se plantean.
➢ Informar y formar, de manera equilibrada, tanto sobre las buenas prácticas como sobre las prácticas irresponsables de las distintas Organizaciones.
➢ Propiciar un comportamiento de personas responsables, que actúan como sal de la tierra, contribuyendo a crear ciudadanos más concienciados y consumidores más exigentes.
➢ Superar la quiebra de los mecanismos de socialización y trasmisión de valores, apelando a la responsabilidad de un compromiso compartido entre familia y escuela y con valentía para hablar no sólo de derechos sino también de deberes.
