He oído decir a alguien que hemos pasado del homo sapiens al homo zappiens. Ese que haciendo zapping de un canal de TV a otro, o dejándose llevar por el ruido del entorno, se queda anclado en la superficie de las cosas y se vuelve
superficial e insustancial.
Tómala como una apreciación algo exagerada. Pero no la desprecies. Acepta que algo hay de cierto en ella. Utilízala para reflexionar.
Si el pájaro no puede volar da igual que sea porque está atado a una cadena o a un hilo de seda. En la sociedad de las necesidades innecesarias lo que más nos puede alejar de lo esencial es el apego a cosas materiales que nos crean dependencias y adicciones.
En determinados momentos está bien la distracción. Pero sin que nos amodorre o nos anule.
Practicar el lenguaje del silencio, reflexionar, meditar y contemplar son actos que nos engrandecen; que facilitan nuestra realización personal; que abren camino al misterio que está en nosotros y más allá de nosotros; que nos transportan a la vida auténtica y profunda; que dan sentido a nuestra vida y vida a nuestro sentido.