El listón de exigencia
En su discurso de aceptación del doctorado honoris causa en 2009 propuso un diálogo que atraviese generaciones, sociedades, los ejes norte-sur, este-oeste, clases sociales, razas, religiones y demás contingencias de la vida.
Este diálogo debe poner la ética y las cuestiones éticas en la palestra. En definitiva, necesitamos remoralizar nuestras conversaciones acerca de lo que significa vivir la buena vida y crear buenas comunidades.
Para Freeman, esa remoralización de nuestro diálogo significa: articular una serie de principios para cada una de nuestras instituciones que nos ayuden a descubrir sus objetivos; construir una conversación continua sobre estos principios y objetivos.
Ha llegado el momento para que elevemos el nivel de nuestro diálogo público en todas nuestras instituciones. Necesitamos –dice Freeman– anteponer la ética, los valores y los principios.
Propone aplicar lo que llama la Regla de Ben, Emma y Molly. Son los nombres de sus tres hijos. Y la regla es la siguiente: al final del día debo poder ir a casa y decirles a Ben, Emma y Molly “dejadme que os cuente lo que hice hoy, de lo cual me siento orgulloso y de lo que quiero que aprendáis”.
MORALEJA
Si no estamos intentando que nuestras instituciones sean lugares donde puedan vivir nuestros hijos, hemos colocado la vara de medir demasiado baja. Necesitamos rehacer nuestro mundo, para convertirlo en un mundo mejor. El futuro de nuestros hijos depende de ello.