El pasado sábado falleció el amurriano Luis de Lezama, y destaco lo de amurriano porque presumía de ser alavés de Amurrio.  Hoy se le despide en Madrid, en la parroquia de Santa María la Blanca, uno de sus últimos grandes proyectos.

De su biografía se han escrito en estos días muchas cosas: sacerdote, empresario, poeta, escritor, … Un hombre que fue descubriendo el plan de Dios para él en aquellos barrios de Madrid donde empezó acogiendo a pequeños delincuentes salidos de la cárcel, después su experiencia con los maletilleros, en Chinchón, y poco a poco introduciéndose en el mundo de la cocina, descubriendo, como Santa Teresa, a Dios entre los pucheros, y allí se lo mostraba a los demás.

No lo tuvo fácil, tuvo que convencer de su modelo sacerdotal y aún así muchos “píos católicos” lo despreciaban por sus maneras de ejercer el sacerdocio. Toda su vida fue un "verso suelto".

Pero Dios le llevaba de su mano y fue triunfando, y fue estrechando lazos a derecha y a izquierda (en todos los sentidos). 

Uno de sus locales, el Café de Oriente, fue un lugar de encuentro clave en la etapa de la transición. A su mesa se han sentado un Papa (Juan Pablo II) y reyes, presidentes de gobierno, líderes políticos de todas las tendencias, famosos del papel cuché de todas las artes ( Mick Jagger es un asiduo del restaurante del grupo Lezama en Washington ). 

Sin duda es de destacar su capacidad para crear el emporio Lezama que hoy existe, pero yo destacaría más su inteligencia para saber cómo ir formando líderes y responsables que sepan mantener este legado. 

Luis ha sido un cura atípico, como lo son muchos sacerdotes de nuestra Iglesia católica que se empeñan en seguir su intuición pastoral, y logró hacerse querer y aceptar como era y como Dios le ha querido que fuera, suerte que no todos tienen. También ha tenido sus detractores, pero quién de los que triunfan no los tiene.

La última vez que coincidí con Luis de Lezama fue en octubre de 2023. Recuerdo aquel momento, tras el acto de presentación del documental que la EITB le dedicó, y junto a otro vitoriano y alavés ilustre, Fernando Salaberri, estuvimos conversando, y sin decirlo claramente tuve la sensación de que para Luis había llegado el momento de decir “todo está cumplido”. El se mostraba orgulloso de su gente del grupo Lezama y de la parroquia y el colegio de Santa María la Blanca (que lleva el nombre por la patrona de Vitoria) sus últimas criaturas. 

Su trayectoria le hace ser una referencia para empresarios, para emprendedores, para sacerdotes que dedican su vida a poner al hombre en el centro, incluso hasta para humoristas, porque tenía un gran sentido del humor. 

Son muchas las personas que le han conocido y han tenido trato con él, he aquí algunos testimonios que he podido recoger:

Fernando Salaberri, un  referente en el mundo de la música y la comunicación en España: “Desde los años setenta éramos muy buenos amigos e incluso cómplices en varias actividades siempre relacionadas con el periodismo, la radio, la música y la gastronomía, pero con un denominador común: la solidaridad y ayudar a los que lo necesitaban. Luis, no solo era un cura convencido, entregado, honesto, leal, trabajador incansable y con un enorme talento como empresario. Su labor social a través de sus magníficos restaurantes y otras actividades relacionadas con la gastronomía, son únicas, envidiables y admirables. Gracias Luis, por todo el bien que has hecho a miles de jóvenes, gracias por lo bien que nos has dado de comer, gracias por tu sentido del humor y gracias, sobre todo, por tus consejos y bendiciones. Que Dios te tenga en tu gloria.”

El P. Ángel, otro verso suelto de nuestra Iglesia: “ el padre Luis fue un gran sacerdote y un gran amigo. Yo le conocí hace más de 40 años, en la parroquia de Chinchón, cuando era casi torero. Juntos hemos vivido muchas y grandes aventuras junto a obispos, empresarios, y otras personas, y sobre todo con muchos muchachos y muchachas a los que hemos acompañado. Juntos hemos acompañado al Papa Juan Pablo II en varios de sus viajes. Ha sabido construir una gran familia, la del grupo Lezama. Pâra mi el P. Luis de Lezama es un santo, una de esas personas a las que he querido y sigo queriendo y admirando porque son de esos Jesús de Nazaret que necesita este mundo. Recuerdo las misas que compartimos y transmitimos por internet. Recuerdo que solía decir: “los santos que tengo aquí hoy son las perolas y los cazos que me rodean y con ellos estamos celebrando la misa”. Creo que la sociedad le debe mucho al P. Lezama y yo me siento un acólito de él. Que descanse en paz y tengo la certeza de que la Virgen y Jesús de Nazaret le habrán acogido ya en sus brazos, ese Jesús de Nazaret al que trató de imitar. Ha sido el cocinero de los papas, sí, de los reyes, sí, pero también de los pobres.”

Luis Mari Goikoetxea, sacerdote de Vitoria: “Le conocí cuando yo era párroco de Amurrio y cuando empezaron los encuentros en el caserío de Lezama. He de reconocer que al principio me pareció un cura raro, singular, pero a medida que le he tratado he aprendido a quererlo y admirarlo. Diría que ha sido un hombre, además de todos los calificativos que hoy se recogen en la prensa sobre su labor como empresario, un hombre sencillo, creativo, y muy espiritual. Es un hombre que ha sabido abrir horizontes a muchas personas, que les ha dado esperanza, ánimo para construir cada uno su futuro. Y en algunos casos les ha ayudado a tener la formación necesaria, las herramientas para salir adelante.

Es un hombre que sabía estar en misa cuando celebraba y afrontar los buenos y malos momentos en un proyecto empresarial. Ha sido un hombre con unos contactos increíbles, pero son más los orgullosos de haber contado con él como amigo. Un compañero del seminario ha dicho de él que llevaba el Concilio Vaticano II dentro, y sí es una buena síntesis del cura Lezama.”

Nadie mejor para hablar de un amurriano, que otro de Amurrio, Félix Núñez, sacerdote: “Luis de Lezama,

Luisito, es un apóstol de la juventud, un hombre que yo lo pondría a la altura de San Felipe Neri, de San Juan Bosco. Siendo seminarista descubrió en Amurrio un viejo hospital que estaba en desuso y con una brocha lo adecentó y puso en marcha un centro juvenil. Ya apuntaba maneras. Y luego siendo cura siguió creando cosas y espacios para los jóvenes. Acogió a los maletillas en su casa y llegó a adoptar a dos niños huérfanos. Luis ha tenido muchos amigos, pero también enemigos que solo han visto su faceta de empresario y le han criticado por ser cura empresario, pero la verdad de la vida de Luis triunfará y se le reconocerá todos sus valores. ¡Me da igual si le hacen santo o no, para mí ya lo es! "

Antonio Garamendi Presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales me hace llegar estas letras: "Ha fallecido el Padre Lezama y, como ocurre siempre con aquellos pocos que de verdad se ganan el apelativo a simple vista sencillo, pero realmente selecto, de ‘buenas personas’, estos días las muestras de cariño y respeto hacia su figura se multiplican desde todas las partes del mundo, dando la medida de lo que ya sabíamos, que se trataba de un hombre irrepetible.

Tuve la suerte de conocerle. Conozco su biografía, también por mi abuelo, que era muy buen amigo de su tío Pedro. Y desde todos esos lugares siempre me ha inspirado el, por todos querido, sacerdote periodista; párroco aficionado a los toros; cura empresario. Claro que sí. ¿Por qué no?

Y es que, quizás su gran virtud fue la sorprendente capacidad para vivir de otra manera, sin reparar en las etiquetas y los estereotipos; una cuya única vocación fue la de darse a los demás sin distinción, sin matices y sin prejuicios. Y eso debe ser reconocido como parte de su legado.

Sin embargo, no puedo evitar resaltar que esa dimensión empresarial siempre me fascinó. Un miembro de la Iglesia levantando un grupo hostelero como el Grupo Lezama, con más de 10 establecimientos -¡hasta en Washington--, con cientos de empleados. Y que promoviera escuelas de hostelería, dando oportunidades a miles de personas, como bien saben en Andalucía. 

En efecto, nos enseñó que se puede ayudar a los demás de la creación de negocios y actividad económica. Buscando --de nuevo por qué no--, el beneficio para poder reinvertirlo y multiplicar los recursos y poder ofrecerlos a los que lo necesiten.

En estos momentos tristes por su partida, quiero reivindicar esa mirada a una forma de darse a los demás, no repartiendo lo que ya hay, sino creando algo desde cero, con esfuerzo y dedicación, para que cada vez más personas puedan disfrutar de una vida mejor."

En octubre de 2023 publiqué este artículo con motivo del documental sobre su persona hecho por la EITB

https://www.religiondigital.org/non_solum_sed_etiam-_el_blog_de_txenti/Luis-Lezama-cura-Taberna-Documental_7_2605009478.html

Non solum sed etiam

Gracias Luis por haberte conocido, por los pocos pero buenos momentos que hemos compartido, por las entrevistas que me has concedido, los libros que me has regalado, pero sobre todo por ser un referente para todo emprendedor que ponga en el centro al ser humano.  Desde hoy muchos pondrán bajo tu amparo tantos proyectos que hoy siguen buscando ayudar a los jóvenes, apoyar a los desfavorecidos, devolver la dignidad a los maltratados por la sociedad y apostar por una educación para un mundo mejor. Adiós Luis, hasta que nos volvamos a encontrar en el Paraíso.