Hacia donde va el mundo y cómo posicionarnos ante él

Nos adentramos en la cuarta revolución industrial y no deberíamos ser meros espectadores de la forma que ésta adopte.

La primera revolución industrial que tuvo lugar entre 1760 y 1840 fue la de los ferrocarriles y la producción mecánica.

La segunda tuvo lugar entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, introduciendo la producción en masa, la cadena de montaje y la electricidad. Impactó en el 17% de la población mundial y, aún hoy, 1.300 millones de personas no tienen acceso a la electricidad.

La tercera revolución industrial comenzó en 1960, con el surgimiento de los ordenadores e internet. En la actualidad 4000 millones de personas (más de la mitad de la población mundial) no tiene acceso a internet. El primer iphone surgió en 2007 y a finales de 2015 había más de 2.000 millones de smartphones.

La revolución que se avecina tiene que ver con la innovación, la revolución digital, la robótica avanzada, los coches auto-dirigidos, las impresoras 3D, la genética, la automatización masiva de empleos, una nueva mentalidad ligada al talento y cambios en nuestras expectativas como clientes.

¿Qué retos plantea esta nueva revolución industrial?

¿Dónde hay que poner el punto de mira para que ayude a construir en lugar de destruir?

¿Qué hacer para que contribuya a hacer un mundo más justo y solidario?

Me comprometo a analizar en un próximo post los valores que ante esa revolución deberíamos impulsar.
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