'Islam, violencia y convivencia: las religiones, ¿factor de paz?', a debate en RD Isabel Romero, presidenta de la Junta Islámica de España: “Seguramente a alguien le viene muy bien que vivamos compartimentados”
“Matar en nombre de Dios es convertir a Dios en un asesino”, algo inaceptable que no puede confundirse con el islam, ha llamado la atención Juan José Tamayo
"El islam sale especialmente mal parado en Occidente”, cuando triunfan “los discursos de odio” y la ignorancia de un islam “que nos recuerda que, por encima del sexo, del credo… el ser humano es humano”, ha dicho la islamóloga Pilar Garrido
“Cada vez dudamos más de aquellas instituciones que nos han dado sentido, entre ellas las religiosas”, ha lamentado Jordi Moreras. Si todo se instrumentaliza en “guerras identitarias”, “pierde el sentido la vida en común” y preferimos acomodarnos “en el cajón de los ofendidos y de los que se quejan”
“Cada vez dudamos más de aquellas instituciones que nos han dado sentido, entre ellas las religiosas”, ha lamentado Jordi Moreras. Si todo se instrumentaliza en “guerras identitarias”, “pierde el sentido la vida en común” y preferimos acomodarnos “en el cajón de los ofendidos y de los que se quejan”
A lomos de una actualidad en la que ha vuelto a copar la primera plana el terrorismo, desde el asesinato del profesor Samuel Paty en París y los atentados en Niza, Viena y la universidad de Kabul, Religión Digital ha reunido esta tarde a diferentes expertos para debatir en un nuevo webinar sobre 'Islam, violencia y convivencia: las religiones, ¿factor de paz?'.
El director de la cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones de Universidad Carlos III de Madrid, Juan José Tamayo; la profesora de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Murcia, Pilar Garrido; el profesor y experto en el mundo musulmán Jordi Moreras; y la presidenta de la Junta Islámica de España, Isabel Romero, han coincidido en su “radical condena” a la “violencia brutal”, pero también al “falseamiento que con estos actos se hace de las religiones”.
Así lo ha dicho Juan José Tamayo, también autor del libro Hermano Islam. “Matar en nombre de Dios es convertir a Dios en un asesino”, algo inaceptable que no puede confundirse con el islam. Estos “equívocos en el imaginario” y “desajustes semánticos” cuyos primeros responsables “son los diccionaristas”, llevan a “identificar los fundamentalismos con el mundo musulmán”, ha dicho, cuando es un fenómeno existente en todas las religiones (del nacionalismo hindú a los que Tamayo denomina los “cristoneofascistas”).
Por su parte, la islamóloga Pilar Garrido ha repetido que no se puede equiparar el terrorismo islámico a la fe musulmana. “Como docente tengo el hábito de insistir”. Lamentando que “no es la misma cantidad de fanatismo la que se achaca al islam que a las demás confesiones. El islam sale especialmente mal parado en Occidente”, cuando triunfan “los discursos de odio” y la ignorancia de un islam “que nos recuerda que, por encima del sexo, del credo… el ser humano es humano”.
En la misma línea, Jordi Moreras ha dicho que el islam “es compartido por millones de personas, pero pervertido” por muchísimas menos. Las que defienden un relato único contrario a la “riqueza” y la hondura de las tradiciones abrahámicas y sus místicas. “Tenemos que ser capaces de resolver ese paso de lo religioso como elemento que da sentido a la vida, a ideologización”, ha propuesto. Las creencias se han ideologizado “para poder ofender lo de los demás y justificar el ataque al enemigo”, ha seguido, y eso genera escenarios como el actual: el discurso de Macron, la reacción de Turquía o Malasia… cruces de provocaciones.
“Como musulmana, no lo puedo concebir. Quitarle la vida a una persona es la antítesis del ser musulmán”, ha declarado Isabel Romero para comenzar su intervención. “Seguimos teniendo un batiburrillo entre el islam como cosmovisión, el islamismo (ideología política) y el terrorismo al que no deberíamos concederle ningún apellido, aunque los terroristas griten lo que quieran gritar”, ha protestado. En este mundo “complejo y diverso”, de países confesionales y laicos, mayorías y minorías religiosas, democracias… “los populismos se están extendiendo por muchos contextos políticos, sociales y económicos, también en el islam”, ha apuntado. “La religión empieza a necesitar ocupar un espacio de poder” y, a su vez, “desde los gobiernos se dibujan políticas que hacen que al final no encajen las identidades”. El terrible resultado es la segregación, la estigmatización y los extremismos. Un cóctel que acaba provocando que se asesine por unas caricaturas y que no se pueda “debatir con uno mismo y con los demás”.
“Seguimos teniendo un batiburrillo entre el islam como cosmovisión, el islamismo (ideología política) y el terrorismo al que no deberíamos concederle ningún apellido, aunque los terroristas griten lo que quieran gritar”
“Las religiones se han aliado con el capitalismo, y el capitalismo es violento”, ha denunciado Tamayo. Visibilizando la “pobreza extrema de millones de seres humanos” causada por el colonialismo. “Las religiones han sido coloniales”, ha añadido. “Han supuesto la destrucción de vidas humanas y de la naturaleza”, la negación de libertades… “En España por ejemplo, buena parte de la responsabilidad de la mentalidad patriarcal es del catolicismo”, lo mismo que “de la homofobia”. “Llevamos siglos buscando justificación al poder” a través del hecho religioso, ha coincidido Moreras. Y Garrido ha señalado un “genocidio” del que la cultura actual es cómplice: las muertes de los migrantes. “La arquitectura social, humana, no está funcionando”, ha declarado, mientras Romero manifestaba: “Seguramente a alguien le viene muy bien que vivamos compartimentados”.
Contra ese triunfo de la xenofobia y el radicalismo político y religioso, los participantes en el coloquio han propuesto una “revisión crítica, desde la ciencia de las religiones, de todos aquellos textos que vulneran los derechos humanos”, en palabras de Tamayo. Moderado por Jesús Bastante, redactor jefe de RD, y organizado con el patrocinio del Banco Sabadell y la colaboración técnica de Católicos en red, el ciberencuentro ha movido a “recuperar la espiritualidad, la liberación, la ética de la justicia y virtudes como la compasión”, constitutivas de las religiones, como ha declarado de nuevo Tamayo.
Más que cegarnos con las formas, debemos “pasarnos a la compasión”, ha dicho Garrido. Trabajar para que “no haya pudor a la hora de hablar de espiritualidad, de introspección”. De la misma manera, Jordi Moreras ha opinado que la actual pandemia, “una situación de colapso global que nos ha hermanado a todos”, debería dar lugar a nuevas posiciones de tolerancia. “Rebajar nuestros egos y darnos cuenta de todo aquello que nos iguala”. “Cada vez dudamos más de aquellas instituciones que nos han dado sentido, entre ellas las religiosas”, ha lamentado. Si todo se instrumentaliza en “guerras identitarias”, “pierde el sentido la vida en común” y preferimos acomodarnos “en el cajón de los ofendidos y de los que se quejan”.
De acuerdo con ese pensamiento, Isabel Romero ha hablado de “pasar del plano de la reivindicación al plano de la cooperación”, para “desarrollarnos socialmente” en común. “No significa renunciar a los derechos, sino ejercerlos desde la práctica de la ciudadanía”. Concluyendo que “es más fácil seguir una ideología que hacer un camino humanista”, de profundidad, de empatía. Pero, si no somos capaces de lo segundo, “le hacemos flaco favor al futuro”.
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