"Administrar los recursos que tenemos" David López Royo: "Cambiar y servir"
Tenemos que reconocer que no estábamos preparados para una pandemia como la que nos está envolviendo
Insisto en recalcar que quien nos está gobernando es la Covid-19. Esto supone que los responsables políticos, el tejido empresarial y el tercer sector, busquen la manera eficiente de administrar los recursos que tenemos
Hoy tenemos un gran problema y la solución pasa por cambiar. Actualmente, si queremos servir, es necesario buscar soluciones conjuntas
La única forma que tenemos para hacer el camino es cambiar para servir, éste debería de ser nuestro horizonte
Hoy tenemos un gran problema y la solución pasa por cambiar. Actualmente, si queremos servir, es necesario buscar soluciones conjuntas
La única forma que tenemos para hacer el camino es cambiar para servir, éste debería de ser nuestro horizonte
No hay que tener duda de que estamos viviendo momentos cuanto menos complicados. Es suficiente echar una mirada a nuestro alrededor próximo y a cualquier ciudad europea, en estos días, para percatarnos que no hay normalidad en la que se pretende llamar nueva normalidad. Está cambiando la manera de relacionarnos y esto terminará afectando a nuestras vidas, de hecho ya está ocurriendo.
Nadie quiere hablar de mega crisis económica; pero realmente existe. Regresaba recientemente de un viaje de trabajo y me dirigí a coger un taxi en la parada correspondiente, literalmente el taxista me dijo, llevo desde las 8:00 horas en la cola y es el primer servicio que hago, no me diga Vd. que no es para preocuparse. Eran las 14:45 horas.
De momento podemos mirar hacia otro lado; pero esto tiene un camino en donde todos los que andamos por el mismo estamos afectados. No podemos ocultar nuestra realidad, la presente, por mucho que nos empeñemos en dirigir nuestras miradas hacia otras realidades. Tenemos que reconocer que no estábamos preparados para una pandemia como la que nos está envolviendo.
Sin embargo existe una posibilidad, al menos una, de poder cambiar. Nuestro esfuerzo debe estar dirigido a potenciar un cambio que nos ayude a ser más eficientes y eficaces ante las consecuencias que se están generando en nuestro entorno social, económico y político.
Nuestro cambio tiene que ser realizado en equipo, no podemos desmembrarnos y alejarnos los unos de los otros. Hacer que la economía se active es posible si el tejido empresarial, el tercer sector y los responsables políticos se dan la mano, y juntos puedan buscar el punto de apoyo más adecuado para dinamizar económicamente nuestro país. Insisto mucho en esta idea porque, a mi parecer, es la única posibilidad de la que disponemos para ejecutar un verdadero cambio en nuestra sociedad.
Observo con preocupación lo que el tejido empresarial está diciendo. Nuestras grandes corporaciones están empezando a estar muy tocadas y afectadas, y no podemos mirar hacia otro lado. Si éstas sufren, no digamos el resto de la cadena empresarial, medianas y pequeñas empresas, y autónomos quedarán muy afectados. Todo esto nos está llevando a una gran falta de liquidez y las consecuencias comienzan a ser muy patentes.
Sabemos que la salud tiene que ser el primer punto de apoyo para que la economía no se pare; pero también tenemos que ser muy conscientes que esto conlleva a que muchos sectores se vean afectados de primera mano por las medidas sanitarias que es preciso poner en marcha. No es fácil resolver la ecuación; pero lo que ésta precisa, para que el resultado sea el preciso, es que el proceso cuente con el planteamiento adecuado. Es así que empresarios, tercer sector y responsables políticos tienen que trabajar conjuntamente. Hay que cambiar la manera de proceder de cada una de las partes.
Insisto en recalcar que quien nos está gobernando es la Covid-19 y esto supone que, por una parte los responsables políticos y por la otra el tejido empresarial y el tercer sector, busquen la manera eficiente de administrarlos recursos que tenemos. Es aquí en donde se puede hallar la solución, creo que la única solución, a la crisis que estamos viendo. No se puede seguir perdiendo el tiempo en temas que no son prioritarios, nos tenemos que centrar en lo verdaderamente nos puede seguir ayudando a no perder todo lo ganado en los últimos 40 años.
Necesitamos proyectar una sociedad nueva, lo cual comporta un cambio en los parámetros políticos y, también, en los empresariales y en el trabajo que realiza el tercer sector. Hay que buscar soluciones conjuntas. El taxista, que llevaba en la cola más de seis horas, me dijo que no creía en los políticos, esto se está generalizando y, cuanto menos, debería preocuparnos a quienes habitamos en este país. Constatar que se va perdiendo la confianza en la clase política es preocupante y la solución, por parte de los políticos, debería de buscarse en el trabajo conjunto con el tejido empresarial y el tercer sector.
Precisamos personas con visión y no a agitadores sociales. En momentos de crisis es necesario contar con mentes lucidas que apuesten por diseñar planes y proyectos que nos hagan tener ilusión y esperanza. No podemos vivir con el miedo en el cuerpo y dependiendo exclusivamente de los responsables políticos. Estos tienen el deber de trabajar para buscar soluciones y, desde luego, éstas nunca vendrán si lo que deciden lo hacen pensando en sus intereses partidistas y políticos. Necesitamos vivir, respirar aire y sentirnos despiertos para que infinidad de personas, como el taxista, centren su mirada en el camino que, solamente, juntos podremos realizar. Precisamos que lo que los empresarios nos están diciendo sea tenido en cuenta, porque ellos tienen el espíritu emprendedor necesario para romper con todo lo negativo, desde el punto de vista económico, que la pandemia nos está dejando. Hay que contar con el tercer sector porque éste realizada un trabajo excepcional en áreas tan sensibles como la atención sociosanitaria y social.
Si de verdad queremos cambiar es preciso querer servir, sin esta voluntad es imposible que, en el camino que tenemos que hacer, las miradas se centren en el mismo horizonte, lo cual facilita que muchas personas pierdan la perspectiva.
Si es la salvaguarda de la salud hacia donde todos tenemos que mirar en estos momentos, por favor, hagamos que desde las administraciones públicas se potencie el trabajo conjunto entre el sector sanitario, llamado público, el sector privado empresarial, aquí entran grupos empresariales sanitarios y farmacias, y el tercer sector en sus áreas social y sociosanitaria. Este es el horizonte que pedimos a los responsables políticos. Entre todos juntos podremos dar las mejores soluciones y evitar situaciones dramáticas como las que están empezando a surgir. No solamente está el problema sanitario de atender a las personas con coronavirus, hay que cuidar otras enfermedades y realidades sanitarias y sociosanitarias. Urge establecer un plan conjunto de trabajo. Buscando respuestas entre todas las partes en este sector, la economía podrá obtener un gran respiro.
Gobernar hoy día, emprender en estos momentos y dar respuestas desde el tercer sector nada tiene que ver con la manera de ejercer la política, con el desarrollo empresarial y con el compromiso del tercer sector antes de la Covid-19. Hoy tenemos un gran problema y la solución pasa por cambiar. Actualmente, si queremos servir, es necesario buscar soluciones conjuntas. La única forma que tenemos para hacer el camino es cambiar para servir, éste debería de ser nuestro horizonte.
Lo cierto es que no podemos seguir como estamos, porque esto está causando que infinidad de personas podamos encontrarnos en situación límite. Las seis horas y media haciendo cola para hacer un servicio de taxi nos debería de preocupar y mucho; no he contado que de la ciudad que venía de trabajo, una ciudad europea, el taxi que me llevó al aeropuerto, me dijo, es el último servicio del día, dentro de una hora comenzamos una huelga, no servirá de mucho; pero queremos dejar patente a nuestros gobernantes que estamos en la ruina. Esto se repite por toda Europa. Estemos atentos porque esto es el caldo de cultivo para los populismos fuera de contexto. Lo que menos podemos hacer ahora es fomentar los extremismos y las divisiones porque esto nos llevará a otro gran problema, la fractura social.
Miremos, por tanto, al horizonte y comencemos a trabajar conjuntamente. Cambiar y Servir tendría que ser nuestro objetivo.