El Evangelio según Luz Mery Gonzalez Caicedo, hoy día de su muerte Allá me dan vida, me ponen inyecciones de alegría
Se nos murió Luz Mery, Luz Mery González Caicedo, una mujer, víctima de la guerra de nuestra Colombia, que llevaba en su cuerpo las cicatrices y en su alma la resiliencia. Era débil y tenía toda la fuerza de Dios.
Ese día, al escucharla, se me arrugó el corazón, tragué saliva y lloré.
Después de eso, asistí a un concierto del Coro Reconciliación y Paz de la filarmónica de Medellín, y ahí estaba Luz Mery, ahora cantando y encantando.
Una sinfonía en la que se juntaban las voces de antiguos victimarios con las de sus víctimas, los primeros recibiendo el perdón y las segundas sintiéndolo brotar de su corazón.
Empezó contándome que le gustaba mucho ir al Coro Paz y Reconciliación porque allá le daban vida, le ponían inyecciones de alegría.
“allá me dan vida, me ponen inyecciones de alegría”; cuánto sueño con instituciones así, una Iglesia así, como el Coro Paz y Reconciliación de la Filarmónica de Medellín, donde demos vida, donde pongamos inyecciones de alegría, donde acojamos a los que se reinsertan, dejemos brotar el perdón de Dios, no nos estigmaticemos, nos queramos como una familia.
Después de eso, asistí a un concierto del Coro Reconciliación y Paz de la filarmónica de Medellín, y ahí estaba Luz Mery, ahora cantando y encantando.
Una sinfonía en la que se juntaban las voces de antiguos victimarios con las de sus víctimas, los primeros recibiendo el perdón y las segundas sintiéndolo brotar de su corazón.
Empezó contándome que le gustaba mucho ir al Coro Paz y Reconciliación porque allá le daban vida, le ponían inyecciones de alegría.
“allá me dan vida, me ponen inyecciones de alegría”; cuánto sueño con instituciones así, una Iglesia así, como el Coro Paz y Reconciliación de la Filarmónica de Medellín, donde demos vida, donde pongamos inyecciones de alegría, donde acojamos a los que se reinsertan, dejemos brotar el perdón de Dios, no nos estigmaticemos, nos queramos como una familia.
Empezó contándome que le gustaba mucho ir al Coro Paz y Reconciliación porque allá le daban vida, le ponían inyecciones de alegría.
“allá me dan vida, me ponen inyecciones de alegría”; cuánto sueño con instituciones así, una Iglesia así, como el Coro Paz y Reconciliación de la Filarmónica de Medellín, donde demos vida, donde pongamos inyecciones de alegría, donde acojamos a los que se reinsertan, dejemos brotar el perdón de Dios, no nos estigmaticemos, nos queramos como una familia.
| Jairo Alberto Franco Uribe
Se nos murió Luz Mery, Luz Mery González Caicedo, una mujer, víctima de la guerra de nuestra Colombia, que llevaba en su cuerpo las cicatrices y en su alma la resiliencia. Era débil y tenía toda la fuerza de Dios. La conocí hace ya casi tres años; ese día, ella estaba con otras mujeres y nos contó su historia; nos dijo que muchas veces, de hombres armados, había recibido punzadas de violencia en sus entrañas y que, a pesar de los muchos años pasados, ella las seguía sintiendo en sus sueños, y que esas punzadas la seguían hiriendo cada vez que cerraba sus ojos aunque estuviera despierta. Ese día, al escucharla, se me arrugó el corazón, tragué saliva y lloré.
Después de eso, asistí a un concierto del Coro Reconciliación y Paz de la filarmónica de Medellín, y ahí estaba Luz Mery, ahora cantando y encantando, notas y armonías en el aire, fiesta de todos, auditorio lleno y extasiado, y ella desbordando dignidad y belleza en el escenario, junto a sus compañeros y compañeras. Una sinfonía en la que se juntaban las voces de antiguos victimarios con las de sus víctimas, los primeros recibiendo el perdón y las segundas sintiéndolo brotar de su corazón. Ese día, oyendo ese coro, supe otra vez que la paz era posible, que el infierno nunca podrá apoderarse de este país por más ruido que sigan haciendo los violentos, que el amor termina venciendo, que de los que sufren nos viene la salvación; si los que fueron responsables de la guerra y los que la sufrieron, ahora podían abrazarse, cantar juntos, leer las mismas notas en el pentagrama y esparcir en el aire tanta belleza, pues era que se podía creer; la filarmónica me ayudó en este acto de fe.
Para Luz Mery las cosas no eran fáciles, además de lucha por la justicia, de los muchos ires y venires por la unidad de víctimas y en defensa de los derechos, estaba enferma, tenía cáncer; el martes pasado desperté y pensé en ella y sentí deseos de ir a su casa, hacía tiempos que lo quería hacer; era que la había visto muy débil. La llamé y me dijo que no iba a estar que se iba para la quimioterapia y que después iba a la unidad de víctimas. Le propuse que nos viéramos entonces en el centro de la ciudad y acordamos una cita. Se hacía tarde y la tuve que esperar unas dos horas, pero algo me decía que ese tiempo perdido iba a ser riqueza.
Y así fue; resultaron siendo los últimos días y minutos de Luz Mery y lo que me dijo se me quedó como un testamento; como las palabras preciosas al decir adiós, como la luz que me seguirá alumbrando ahora que ella se ha apagado; empezó contándome que le gustaba mucho ir al Coro Paz y Reconciliación porque allá le daban vida, le ponían inyecciones de alegría; cuando me dijo eso que me pareció tan lindo, le pedí permiso para grabar. Les dejo pues, en las siguientes líneas, mi último diálogo con ella, el Evangelio según Luz Mery:
- - Luz Mery, ¿por qué es importante este coro para usted? ¿Por qué le parece tan bueno?
Para mi es muy importante porque yo allá me siento como en mi familia, ellos son mi familia, yo me siento que no estoy estigmatizada, que no soy señalada ni nada, entonces es bueno sentir uno que tiene una familia fuera de la familia que tiene en su casa, que lo reconoce a uno y lo quiere y lo acepta a uno tal como es.
- ¿Quiénes conforman el coro?
El coro está conformado por excombatientes de la guerrilla, de los paramilitares, de todo y los otros son víctimas; son víctimas y victimarios; entonces es una conformidad del uno con el otro, pero más sin embargo allá en el coro todos somos iguales, no nos estigmatizamos ni nada, todos nos queremos y nos conservamos como lo que somos, una familia, y tratar de salir adelante cada día más.
- Y a usted, que tanto sufrió la guerra, ¿no le dio como mucha impresión entrar en ese grupo?
Cuando yo entre allá, yo llegaba con la conciencia de que yo tenía que aprender a perdonarme a mí misma para perdonar a los demás; porque si el perdón no lo encuentro desde mi interior, en el exterior no puedo dar nada, yo no puedo dar de lo que no tengo; pero sí fue muy duro, yo respiraba, yo lloraba, pero no sabía si era de felicidad, de tristeza… me había encontrado una comunidad, una familia, donde todos nos podíamos ver de igual manera, sin mirar los estereotipos de ninguno…
- ¿Ha logrado hacerse amiga de personas que antes estaban entre los victimarios?…
Es más, con todos ellos hemos tenido conversaciones…con mis victimarios, los tuve presentes, sentí mucha rabia, mucho dolor y mucha tristeza pero también entendí que si yo estaba allá era perdonarme a mi y perdonar al otro…
- ¿Usted ve pues como una alegría poder ir al coro?
Veo como una alegría y como una oportunidad que si a mi me la dieron se la podemos dar a otros-
- Fui una vez a ver al coro y fue un espectáculo muy lindo, pero no sabía todo eso que usted me está diciendo.
Así es. Vamos bien, estamos bien y yo sé que cada día vamos a estar mejor…El coro se llama Coro de Reconciliación de la Filarmónica de Medellín, nos reunimos todos los sábados a las dos de la tarde, en el teatro Palermo.
- Gracias, gracias Luz Mery.
Para terminar, resalto eso que dio inicio al diálogo, cuando era solo mi corazón el que grababa y no había activado la grabadora de mi móvil, eso de que “allá me dan vida, me ponen inyecciones de alegría”; cuánto sueño con instituciones así, una Iglesia así, como el Coro Paz y Reconciliación de la Filarmónica de Medellín, donde demos vida, donde pongamos inyecciones de alegría, donde acojamos a los que se reinsertan, dejemos brotar el perdón de Dios, no nos estigmaticemos, nos queramos como una familia. Que Luz Mery nos siga ayudando a implementar la paz y a creer que se puede. La salvación de Dios se hace densa en las víctimas; Luz Mery es victoriosa, con ella todos ganamos. No más punzadas Luz Mery, ya nos acaricias a todos con las manos de Dios.
Si quieron conocer del Coro Paz y Reconciliación, los invito a ver
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