Los cardenales rezan vísperas junto a la tumba de Franciscus La Cristiandad y los cardenales peregrina a la tumba de Franciscus

La Basílica donde el Papa encomendaba y agradecía por cada uno de sus viajes apostólicos, rezando a los pies de la Salus Populi Romani, muy cerca de donde descansa eternamente
A la tumba de Franciscus llegan todo tipo de personas, de toda condición y procedencia, “con un recogimiento y un cariño impresionante”, subraya el arzobispo de Madrid
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
Roma, el centro de la Cristiandad, siempre ha sido lugar de peregrinación. La sede de Pedro, la tumba de la mayoría de los papas de la historia de la Iglesia ha convocado secularmente a los católicos de todos los rincones de la Tierra. Una convocatoria que siempre es redoblada en los años jubilares, como está sucediendo en este Año Santo de la Esperanza.

Franciscus
En el día en que se celebraba el Jubileo de los Adolescentes, las miradas del mundo se han dirigido a la Basílica de Santa María Mayor, un nuevo punto de referencia para la catolicidad. Es allí donde este último sábado, 26 de abril, era enterrado Franciscus, como dice la inscripción colocada en la losa que cubre su sencilla tumba.
Desde muy temprano, cuando fue abierta al público, miles de personas han formado largas filas para visitar al Papa que condujo los destinos de la Iglesia católica en los últimos 12 años. “Una multitud que impresiona, como vimos también en la Plaza de San Pedro”, decía el cardenal Cobo poco después de participar de las Vísperas Solemnes en la que se ha hecho presente la mayor parte del Colegio Cardenalicio. Decenas de miles (la última cifra, a media tarde, hablaba de 30.000, aunque el Vaticano anunció que mantendría abierta la basílica hasta las 22 horas) de fieles quisieron ser los primeros en mostrar sus respetos a la tumba del Papa argentino.

Al lado de la Salus Populi Romani
El arzobispo de Madrid, uno de los 134 electores que participarán del Cónclave que elegirá al sucesor del primer Papa latinoamericano, decía que se palpa el silencio en el interior de la Basílica donde el Papa encomendaba y agradecía por cada uno de sus viajes apostólicos, rezando a los pies de la Salus Populi Romani, muy cerca de donde descansa eternamente.
Una tumba sencilla, como no podía ser de otra manera, pues desde el principio de su pontificado dejó claro que le gustaría una Iglesia pobre y para los pobres. A ella llegan todo tipo de personas, de toda condición y procedencia, “con un recogimiento y un cariño impresionante”, subraya el arzobispo de Madrid. Las Vísperas han sido “un momento de silencio y de oración”, recuerda Cobo. El cardenal español resalta como significativo que “todos los cardenales estemos juntos en torno a la tumba de Francisco para darle el último adiós”.