Jornadas de formación de los coordinadores de la ODEC Maynas en Iquitos Capacitación ODEC
En nuestra selva un montón de docentes no tienen ni idea de cómo enseñar Religión. No cuentan con conocimientos, recursos ni materiales. Para apoyarles tenemos 27 coordinadores de la ODEC, cuya función es entrar en contacto con los profesores de Religión de los tres niveles en todos los centros educativos para animarles, orientarles, ofrecerles lineamientos, fichas, modelos de programaciones y de sesiones de aprendizaje, actividades para los alumnos, ideas y asesoramiento.
La Oficina Diocesana de Educación Católica (ODEC) es un instrumento espléndido para que el Vicariato desarrolle la misión educativa con la mayor calidad. Algo que en estos últimos meses estoy descubriendo y que, a partir de hace unos días, se ha convertido en una nueva responsabilidad directa porque el obispo me ha nombrado asesor de la ODEC Maynas (por si me aburría).
El Vicariato tiene cuatro colegios de convenio (en España “concertados”): Indiana, Yanashi, Aucayo y Santa Clotilde. La ODEC acompaña la andadura pedagógica de estos centros, supervisa los nombramientos de sus cargos directivos y la incorporación de nuevos profesores; todos ellos, para ser contratados por la administración (los colegios son de régimen gratuito) necesitan una “carta aval”, es decir, la propuesta explícita del Vicariato donde se les declara idóneos.
Además, la ODEC extiende sus competencias a todos los profesores del área de Religión de todos los colegios del territorio vicarial. Solo pueden ser contratados por el Estado si cuentan con el aval (parecido a como es en España), pero además, a la ODEC le corresponde el seguimiento, apoyo y evaluación del desempeño de todos los docentes que imparten Religión. Es algo así como la cuidadora de que este curso (“asignatura”) sea impartido adecuadamente, con profesionalidad y competencia.
El tema no es nada sencillo. En primer lugar, en Loreto hay muy pocos profesores especialistas de Religión; además, la mayoría de los colegios están en zonas rurales, son pequeños y no disponen de horas suficientes para un especialista, y por lo tanto hay muchos profesores de comunicación o arte cuyas jornadas son completadas con Religión. Y luego están los maestros de primaria e inicial, que tienen Religión en el currículum y que deben darla como las otras materias. Resultado: un montón de docentes no tienen ni idea de cómo enseñar Religión. No cuentan con conocimientos, recursos ni materiales.
Y aquí es donde entran en escena los coordinadores. Además de un “cerebro”, que es la oficina central, tenemos 27 coordinadores, cuya función es entrar en contacto con los profesores de Religión de los tres niveles en todos los centros educativos para animarles, orientarles, ofrecerles lineamientos, fichas, modelos de programaciones y de sesiones de aprendizaje, actividades para los alumnos, ideas y asesoramiento.
Son también docentes, algunos especialistas, pero su trabajo está dirigido a sus colegas y no tanto a los estudiantes. Nos hemos conocido en estas jornadas de formación y preparación; fueron dos grupos, para evitar aglomeración. Algunos con bastante experiencia, varios nuevos, y todos con la ilusión de arrancar después de un año 2020 en el que no pudieron hacer casi nada, y el reto de acompañar a profes que han de dar sus clases por teléfono o whatsapp… La mayoría de Iquitos, pero todos con sus destinos en la periferia, en nuestros puestos de misión, debiendo dejar a sus familias de lunes a viernes para prestar este servicio.
Gente buena. Y al frente de todos ellos, el equipo directivo, completamente renovado, con ideas innovadoras, muchas ganas de trabajar y el objetivo de crear entre los compañeros un ambiente sano y motivador, de corresponsabilidad y libertad, donde todos se sientan importantes y se impliquen dando lo mejor de sí. Eso se ha notado en esta capacitación, y los coordinadores han valorado muy positivamente el giro que se le quiere dar a la ODEC.
Por ahí también anduve yo; me tocaba dirigir alguno de los momentos, e intervine bastante, pero sobre todo se trataba de dar seguridad a la nueva dirección y de asegurar la presencia institucional en este colectivo, que es clave a la hora de intentar que la educación religiosa escolar camine hacia la excelencia. El mundo de la escuela me es muy familiar por mi formación y por mis genes, de modo que me sentí muy cómodo, bromista y participativo; y me lo agradecieron. Más bien gracias a ODEC Maynas por su acogida. Paciencia: me estoy capacitando.