A noche, los ojos de los niños, soles rutilantes, rebaños de copos blancos, iluminaron el mundo con haces de luz. Sus manitas, torres góticas delicadísimas, naves navegando en un mar de sueños haciendo un camino inacabable, se tendieron a los reyes como una oración silenciosa. Los ángeles recogieron ideas de un mundo nuevo y Dios hoy se dio vacaciones porque su imaginación nada nueva podría haber añadido a este mundo que, por momentos, puso en duda lo que es y lo que ha sido, y tuvo nostalgia de cómo podría haber sido, el eterno encanto de todas las primaveras pasadas y por venir, si los hombres no se avergonzaran de ser los niños que son. Pero al disiparse la dudosa luz del alba, el rostro desgreñado de la tierra surgió del fondo del amanecer, la guerra, los accidentes, el anhelo apasionado de riqueza, el viento de los años, y la política sacudieron el mundo, rompieron el cristal de seda de la inocencia y  la gente exclamó: Ahhhhh”, y unas risas tristes  sirvieron de tumba a los destellos luminosos de los ojos de  los niños